Saturday, September 23, 2006

Bush autorizará este mes el magnicidio contra Hugo Chávez

Heinz Dieterich
Rebelión

1. El precio del discurso anti-diabólico

El discurso de Hugo Chávez en la ONU fue la culminación de una magistral política internacional vanguardista que convirtió a George Bush en el paria de la institución mundial. El precio de este espectacular éxito ---que no se entendería sin la proverbial audacia del Comandante Fidel Castro--- es la autorización del magnicidio por parte de la Casa Blanca.

2. Cambio estratégico: de la involución institucional al asesinato político

Tratándose de un gobierno fascista, la base jurídica del asesinato no será la habitual fórmula oral usada en el ejecutivo estadounidense para tales fines, " to get rid of him", sino una "top secret presidential finding", es decir, una orden ejecutiva secreta de Bush. Más probable aún es la utilización de sustitutos ( proxies), por ejemplo, los escuadrones de la muerte de los servicios secretos israelíes que asesinan habitualmente a ciudadanos "enemigos" en otros países.

La decisión del magnicidio constituye un cambio en la estrategia de la Casa Blanca, empleada desde 2003, que optaba por una guerra de desgaste mediática y política para involucionar el sistema y reemplazar al Presidente por la derecha de la Nueva Clase Política (NPC). Esa estrategia gradual pretendía capitalizar las debilidades internas de la Revolución y evitar una guerra civil en Venezuela que se desencadenaría inevitablemente con un asesinato del popular Presidente.

No repetir la secuela del magnicidio del líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán, en el país más rico de petróleo del mundo, Venezuela, era la consigna de la Casa Blanca desde el fracaso del golpe petrolero de 2002/3. Sin embargo, la incesante ofensiva diplomática mundial-latinoamericana de Hugo Chávez ha llegado a su punto de no retorno, al amenazar ya no solo la Doctrina Monroe, sino el "Destino Manifiesto" del imperio, que rige su política mundial desde hace dos siglos. Es el equivalente del Decreto de "guerra a muerte" de Bolívar contra el imperio español, hace 193 años.

3. ¿Cómo lograr el asesinato y evitar la resistencia popular?

El cambio de la estrategia estadounidense ---contener (containment policy) a Cuba y Venezuela, mientras se quiebra el eslabón más débil de la cadena, Bolivia--- hacia el magnicidio, tiene que resolver el peligro del estallido social. El cálculo de la Casa Blanca es que puede evitar una larga guerra civil, siempre que el asesinato parezca una muerte natural o un accidente. El modelo a seguir es el exitoso envenenamiento del Presidente palestino Yasser Arafat.

En septiembre del 2003, el gabinete de seguridad israelí hizo público su intención de asesinar a Arafat. Al generarse un debate público sobre tal proyecto el entonces viceprimer ministro israelí Ehud Olmert, afirmó que el asesinato del Presidente Arafat es considerado un método "legitimo". "La cuestión es de qué manera se acaba con Arafat", dijo el segundo hombre del Estado israelí: "La expulsión es una opción. El asesinato es otra posibilidad". El problema de que si Israel aplica la opción de la eliminación de Arafat, "no es un asunto de moral, sino de saber si es práctico o no".

Después de aquella exitosa operación: ¿Dudarán un solo segundo los presidentes fascistas Ehud Olmert y George Bush, de que es sumamente "práctico" y "legitimo", "remover… el obstáculo a la paz", es decir, a la paz petrolera y tercermundista, que es Hugo Chávez?

4. La gran ofensiva de Hugo Chávez ha descubierto peligrosamente su retaguardia

Con toda la audacia y el éxito de la ofensiva del Presidente, no deja de reactivar memorias de la gran ofensiva de Napoleón sobre Moscú. Napoleón solo miraba hacia delante, soñaba con una guerra relámpago ( Blitzkrieg) decisiva, hecho por el cual no construyó una retaguardia capaz de detener una eventual contraofensiva de los rusos. Cuando esta se materializó, lo destruyó por completo.

La peligrosa dispersión de las fuerzas bolivarianas en Venezuela presenta un escenario semejante. El movimiento sindical "boliviariano" está dividido en, al menos, cuatro grandes corrientes. Las fuerzas políticas del oficialismo "bolivariano" descansan sobre de tres grandes partidos. Los campesinos tienen, al menos, dos grandes agrupaciones. El sector popular no está organizado en una estructura nacional integral, como en Cuba, por ejemplo. La consolidación del Proyecto bolivariano en las Fuerzas Armadas requerirá, al menos, dos a tres años más. Los medios de comunicación bolivarianos tienen escasa eficiencia y muchos ministerios estratégicos del Estado son ineficientes; en parte, porque en los últimos tres años han cambiado hasta seis veces (¡!) de ministros y viceministros, haciendo imposible una gerencia estatal de calidad.

La dispersión cuantitativa de las fuerzas "bolivarianas" se agrava, porque muchas tienen el hábito del uso faccioso del poder, que convierte en secundario el interés de la Revolución y de la Patria. Hugo Chávez quiere remediar este mal político el próximo año mediante la formación de un Partido Único y el ministro William Lara pretende convertir el Canal 8 en un noticiero de 24 horas, tipo CNN. Quien sabe si lo vayan a lograr, porque hasta ahora el Estado no ha sido capaz de desarrollar un sistema de detección de revolucionarios para los mandos medios y la vanguardia, que requiere el futuro del proceso.

Ir al enfrentamiento frontal con la mayor potencia del mundo y sus cómplices de la Unión Europea, en estas condiciones, solo será victorioso, si se tiene el talento y la suerte de Alejandro Magno. O, que se extienda el espíritu, el trabajo y la capacidad gerencial vanguardista no solo en el frente de batalla visible, sino también en el Talón de Aquiles de la Revolución.

Anti-Cuban terrorism strikes in Italy - Atentado al cineasta Angelo Rizzo apunta a mafia anticubana

Because some of the most prominent acts of anti-Cuban terrorism, like the bombing of Cubana Airlines Flight 455, happened a long time ago, some people may be lulled into thinking this is all about the past. It isn't. In the post below this one, I wrote about Livio Di Celmo, who I met yesterday, and whose brother Fabio was killed in a 1997 hotel bombing in Havana organized by Luis Posada Carriles. This morning, Granma reports on an act of terrorism that oocured in Italy last Saturday -- an Italian filmmaker who had just completed and released a film about anti-Cuban terrorism, and which featured the death of Fabio Di Celmo, had his car and his son's car destroyed with bombs outside their home. Fortunately no one was hurt.

Anti-Cuban terrorism is very much alive, in its deadly way.

Atentado al cineasta Angelo Rizzo apunta a mafia anticubana

Queman el auto del director italiano del filme sobre Fabio di Celmo y dejan un mensaje: "Váyanse a Cuba"


21 Sept. 2006
por Pedro de la Hoz
Reimprimado de Dairio Granma

Antes del amanecer del último sábado 16 de septiembre, el cineasta italiano Angelo Rizzo despertó con el resplandor de las llamas que ardían en el portón de su casa y poco después vio los restos calcinados de su auto y el vehículo de su hijo. Un mensaje intimidatorio estaba escrito en una hoja dejada en el jardín: "Váyanse a Cuba" (Vattene a Cuba).

Evidentemente no se trataba de una gamberrada de fin de semana. El atentado que alteró la apacible madrugada de la villa de Cormano, muy cerca de Milán, apunta hacia la mafia anticubana y sus elementos afines.

Rizzo filmó una película sobre los actos terroristas perpetrados en centros turísticos de la capital cubana en septiembre de 1997 por orden de Luis Posada Carriles y el brazo armado de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), amparada por las autoridades norteamericanas, en los que perdió la vida el joven italiano Fabio di Celmo, a los 32 años de edad.

Bajo el título Cuando la verdad despierta , el cineasta rodó meses atrás en La Habana y el puerto de Mariel un guión centrado en la relación de Fabio con la Isla, y sus sueños y aspiraciones tronchados por una conjura criminal, plenamente reconocida por sus autores intelectuales y materiales.

Con absoluto cinismo y total falta de escrúpulos, Posada declaró a una periodista del diario The New York Times que publicó una extensa entrevista con el asesino los días 12 y 13 de julio de 1998: "Es triste que alguien haya muerto, pero no podemos detenernos. [...] Ese italiano estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado". Al asumir la responsabilidad de los atentados en La Habana, y admitir que la FNCA le había suministrado gruesas sumas de dinero para financiar sus siniestros planes, dijo no tener remordimiento alguno: "Duermo como un bebé".

La cinta de Rizzo, protagonizada por el italiano Michel Altieri, el norteamericano Michael Wong y los cubanos Enrique Molina, Carlos Padrón, Enrique Almirante y Rogelio Blaín, tendrá su estreno el próximo 13 de octubre en el Festival de Cine de Roma, donde se presentará fuera de concurso, puesto que se halla inscrita oficialmente para la Berlinale (Festival de Berlín) del año entrante, según informó su productor general, José Luis Lobato.

Al reportar la vandálica acción contra la propiedad de Rizzo, el diario conservador Corriere della Sera, tituló "Attentato contro regista antiamericano; auto bruciata e minacce: torna a Cuba" (Atentado contra realizador antiamericano; auto quemado y amenaza: regresa a Cuba).

El calificativo "antiamericano" no solo es inexacto sino provocador. Durante la filmación de su película en Cuba —segunda que realiza en la Isla, antecedida por Un loco soñador (2004), de tema beisbolero, con la estrella mexicana Pablo Montero—, Rizzo insistió en que el móvil de su filme era "denunciar el flagelo del terrorismo y sus terribles efectos sobre personas inocentes".

Ya en el texto de la nota, el propio Corriere della Sera, luego de citar el récord criminal de Posada y calificarlo como "el Bin Laden del Caribe" da voz a Rizzo, quien precisó: "No me interesa la política, yo cuento una historia. He escogido esta porque se vincula al tema actual del terrorismo, para decir que no hay un terrorismo bueno y otro maldito. Cuentan las víctimas, en este caso un inocente que ha pagado con su vida. Esto está fuera de la confrontación entre la derecha y la izquierda".

Rizzo tiene la convicción de que "los incendios están ligados a mi filme: es algo espantoso". Una pesquisa a fondo del ataque intimidatorio contra el cineasta deberá tener en cuenta la añeja relación de la mafia anticubana, cuyo comando se halla en el sur de la Florida con plena aquiescencia del gobierno de EE.UU., con elementos terroristas italianos.

Posada y Orlando Bosch, autores intelectuales de la voladura de una aeronave civil de Cubana de Aviación hace 30 años frente a las costas de Barbados, tomaron parte en los setenta, junto a otros terroristas de origen cubano, de la Operación Cóndor y la sangrienta represión desatada en Chile por el régimen de Augusto Pinochet.

En esos trajines se vincularon a Stefano delle Chiaie, del grupúsculo neofascista Vanguardia Nacional, reclutado por el operativo Gladio, estimulado por la CIA y servicios secretos afines para atacar a la izquierda euroccidental durante la guerra fría.

Después de la frustración del golpe de extrema derecha contra la República Italiana, planeado en 1970 por el príncipe Junio Valerio Borghese en contubernio con Vanguardia Nacional, Delle Chiaie se refugia en la España franquista y deriva hacia Chile, donde con el acólito de Posada, Virgilio Paz Romero, y el agente de la CIA y la DINA Michael Townley, preparan el atentado dinamitero contra Bernardo Leghton en Roma el 5 de octubre de 1975 que dejó paralítico al político chileno democristiano. Las pruebas de esta asociación criminal se hallan en documentos desclasificados de la CIA.

No es de extrañar que tan viejas relaciones hayan reverdecido en este 2006, orientadas a quebrar la honestidad de un cineasta que al día siguiente del atentado contra su propiedad puso en el portón de su casa, en gesto solidario, una bandera cubana.

Friday, September 22, 2006

Hugo Chavez (Discuso de la ONU) Parte 3
Hugo Chavez (Discuso de la ONU) Parte 2
Hugo Chavez (Discuso de la ONU) Parte 1

Atentado contra Rafic Hariri: ¿Investigación falseada? por Silvia Cattori*

Ex investigador criminalista en la antigua RDA, convertido en periodista después de la reunificación alemana, Jurgen Cain Kulbel redactó una contrainvestigación crítica sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, documento que la Red Voltaire presentó al público árabe en Damasco, el 7 de mayo pasado, durante una conferencia de prensa ampliamente difundida. En esta entrevista, Jurgen Cain Kulbel aborda nuevamente el papel político de la Comisión de la ONU y la pista inexplorada de la responsabilidad israelí.

Silvia Cattori: Investigar el asesinato del primer ministro libanés Rafic Hariri siendo un simple periodista que trabaja solo, sin apoyo, cuando ya existía una comisión investigadora de la ONU que disponía de medios ilimitados para hacer ese trabajo, debe haber sido una empresa arriesgada.

Jurgen Kulbel: ¿De qué sirven una multitud de investigadores altamente calificados y medios casi infinitos de logística, de técnica criminalística y otros recursos de apoyo si durante la investigación del crimen se violan conscientemente todos los principios de los procedimientos habituales de investigación? Cuando se trata de investigar crímenes para descubrir a un culpable desconocido los investigadores acostumbran a seguir diferentes pistas para descubrir la que lleve a la persona que ordena el crimen. En el caso de Hariri, desde el primer día y aparte de varias otras pistas, las investigaciones deberían haberse desarrollado paralelamente en las direcciones siguientes, particularmente importantes: el Mossad, la CIA, los socios comerciales de la víctima y los libaneses residentes en el exterior. Pero no fue así como se hicieron las cosas. Por consiguiente, yo seguí una de esas pistas «abandonadas» que, a mi entender, resulta particularmente importante. Así empezó mi primer trabajo sobre el asesinato de Hariri.

Silvia Cattori: ¿Cómo tomó usted la decisión de trabajar sobre un tema tan amplio?

Jurgen Kulbel: Lo diré muy claramente. Después del asesinato, tuve enseguida la desagradable impresión de que lo que estábamos viendo no era tanto un fracaso de las investigaciones como que los investigadores de la ONU seguían –y continúan siguiendo– nada más que la pista siria. Me parecía sobre todo que la investigación era en sí misma un hecho criminal y premeditado, como en la primavera de 2003, cuando la falsificación y la fabricación de «pruebas» por parte de Estados Unidos y sus vasallos –una criminalidad de cuello blanco que quedó impune, situada al más alto nivel político– ayudó a legitimar la invasión de Irak, que fue una violación del derecho internacional. A mi entender, se trataba en ambos casos de un engaño inicial cometido por personas que dicen representar a las Naciones Unidas e instaurar la democracia cuando en realidad buscan someter a la humanidad o por lo menos participar en ese proceso de sometimiento.

Para responder finalmente a su pregunta sobre el caso Hariri, me parecía que la comisión que dispone de «medios de investigación ilimitados» sirve para engañar al público para completar el fraude. Se trataba, por así decirlo, de un crimen cometido en el marco de la investigación sobre otro crimen. Eso me parece monstruoso y me sigue irritando.

Silvia Cattori: ¿Usted investigó sobre el terreno?


Jürgen Cain Külbel
Jurgen Kulbel: Sí, pero de eso hablaré en mi próximo libro [1]. Permítame hacer sobre ese punto una observación que tiene que ver con los indicios materiales que las comisiones de la ONU habían reunido. En este momento se plantea la cuestión de saber si, de forma general, ese material tiene (todavía) alguna utilidad. ¿Qué pasó con ese material durante la guerra de julio en el Líbano? ¿Qué fue lo que el belga Serge Brammertz se llevó dos días después del comienzo de la guerra, cuando se fue a Chipre huyendo de las bombas israelíes? Las manos que tocaron libremente ese material durante los bombardeos son tantas que ya no es posible reconstituir nada ni tomarlo en serio.

¡También resulta injustificable olvidar los vínculos entre el impúdico John Bolton, embajador de Estados Unidos en Naciones Unidas, y Serge Brammertz! Bolton, quien dijo que esperaba que el sucesor de Mehlis fuera un clon [del propio Mehlis], y el sucesor designado fue Brammertz, parece hasta ahora extremadamente satisfecho con lo que ha hecho el belga. Eso es una señal de alarma ya que Bolton, uno de los mayores criminales de guerra vivos, es un hombre que contribuyó masivamente a la fabricación de pruebas para legitimar la guerra contra Irak.

Además de eso, hemos podido leer en todos los informes publicados hasta ahora que las comisiones de la ONU no han podido presentar información alguna que pudiera servir para identificar a los culpables. Mehlis fracasó de forma lamentable el año pasado porque ignoró claros avisos y porque pensaba que pondría a Damasco de rodillas, con el apoyo de EE.UU. y de las Naciones Unidas, favoreciendo así a Bush y compañía. Su «trabajo», sólo hay que recordar las extrañas audiencias de los testigos, no merece otra cosa que los cestos de basura de la criminología o aparecer en los seminarios para futuros juristas y criminalistas como ejemplo de lo que no se debe hacer.

Silvia Cattori: ¿A qué conclusiones llegó usted sobre lo más importante y qué aspectos de sus conclusiones contradicen las de Mehlis?

Jurgen Kulbel: De manera general, mis conclusiones no tienen nada en común con las de Mehlies. Es una lástima que mi libro Mordakte Hariri (El caso Hariri) [2], disponible en alemán y en árabe, no haya sido traducido aún a otros idiomas porque esa pregunta me la hacen a menudo. El objetivo de mi trabajo no fue nunca refutar los dos informes de Mehlis. Yo quería más bien demostrar lo absurdo de las investigaciones de las comisiones de la ONU, que conducen a un callejón sin salida inadmisible en criminología. Lo demuestro probando que hay otra pista muy importante que no podía ser ignorada. Normalmente, investigadores honestos simplemente no podían darse el lujo de ignorar pura y simplemente pistas como aquellas con las que yo trabajé. Pero esa ignorancia demuestra claramente que la comisión de la ONU hace su trabajo de manera muy parcializada. Eso debería ser considerado normalmente como un veneno que mata una investigación criminal objetiva. Pero, para «investigadores en jefe» que sólo buscan satisfacer servilmente los intereses políticos de quienes les imparten sus órdenes, es como una poción mágica. En lo tocante a todo eso, todos esos señores implicados –que, como peces muertos, nadan a favor de la corriente y con la boca cerrada– tendrán que arreglárselas con su conciencia, si la tienen.

Yo pido aquí, una vez más, que se interrogue a Richard Perle o a Daniel Pipes, un hombre que, por lo menos en Alemania y en otras circunstancias, ya habría sido enviado a la cárcel por demagogo. O que se interrogue a Abdelnur, o a Najjar, o a Kahl y a todos los que no tienen las manos limpias, a los que querían deshacerse de Hariri, a los que querían derrocar al gobierno libanés y que yo menciono en mi libro. Ellos habían preparado ya la violencia en el plano teórico, y algunos de ellos ya habían matado a Hariri verbalmente o lo habían puesto en su lista negra. ¿Por qué ninguno de esos individuos ha sido interrogado hasta ahora, por lo menos a título evaluativo, por los investigadores en jefe que se hacen pasar por héroes y que pretenden que sus vidas están amenazadas en el Líbano? La comisión se ridiculiza con todas esas lagunas y, quiera o no, se prostituye indirectamente.

Los medios de prensa serios tienen ahora que presionar a la comisión de la ONU. No estoy hablando de detalles, de pistas, del contenido de los interrogatorios. Se trata de poner en tela de juicio la objetividad de la investigación, objetividad que no existe porque los miembros de la comisión cierran concientemente los ojos para no ver una pista muy importante. Así los responsables, y también el presidente Chirac, pueden seguir derrochando palabras bonitas y engañosas.

Silvia Cattori: ¿Entonces, usted llegó a la conclusión de que Siria no es responsable del asesinato de Rafic Hariri, contrariamente a lo que dijo Bush?

Jurgen Kulbel: Los acólitos de Bush sabían lo que hacían cuando dejaban a su líder decir en Washington, cuando el cuerpo de Hariri no estaba frío aún, que los organizadores del crimen están en Damasco. Los medios drusos y libaneses antisirios se hicieron eco rápidamente de esas acusaciones. La canción que entonó entonces el primer comisario, el irlandés Peter Fitzgerald, en marzo de 2005, sobre el salvoconducto que tenía que ver con la vigilancia del lugar del crimen y la conducción de la investigación en el terreno, era calculada y rezumaba una condescendencia de estilo colonial. Todo el mundo sabía que –comparados con nuestras normas– la policía libanesa y los servicios secretos no disponían de suficiente personal especializado, de equipamiento técnico, de métodos de investigación médico-legales y criminalísticos, ni de la logística y de la experiencia que se necesitan para investigar un crimen capital de esta envergadura. ¿Y de dónde diablos hubiesen podido sacar todo eso? Los responsables del Potomac y los servicios que planificaron el atentado contra Hariri sabían bien que si los libaneses se encargaban de la investigación primaria era ciento por ciento seguro que se producirían negligencias. Además, en el mundo entero no es nada extraño encontrar ese tipo de errores y negligencias durante las investigaciones criminales policíacas. Y, en el caso preciso del atentado contra Hariri, esos «errores y negligencias» iban a servir de pretexto para dirigir las primeras sospechas hacia un supuesto complot líbano-sirio.

Esa ficción fue alimentada primeramente por un corresponsal periodístico en el Medio Oriente, Robert Fisk, que, mucho antes de la publicación del informe de Fitzgerald, dio en el diario británico The Independent una imagen errónea de la situación al afirmar que los investigadores estaban convencidos de que se habían falsificado pruebas «en las más altas esferas» de los servicios secretos y que el informe de la ONU sería «devastador». Fisk no indicaba sus fuentes pero predecía que el presidente estadounidense George W. Bush anunciaría pronto que «oficiales sirios y quizás oficiales libaneses de los servicios secretos militares» estaban «implicados» en el asesinato. En aquel entonces, la Casa Blanca publicó un desmentido que debe ser considerado en realidad como una hipocresía.

Silvia Cattori: ¿Qué objetivos perseguían los asesinos de Hariri?

Jurgen Kulbel: Un demonio está haciendo daño en el mundo entero. En el marco de la restauración global de las relaciones existentes antes de la división en un campo comunista y un campo capitalista, y motivados por los intereses geoestratégicos y económicos del capital, los defensores de las formas de poder occidentales, erróneamente consideradas como democracias, utilizan supuestas «revoluciones democráticas» –una variante golpista menos costosa– para eliminar gobiernos indeseables.

En 2003, mientras que los emperadores de ultramar y sus paladines anglosajones estaban en plena campaña militar contra Irak, los criminales de guerra se dieron rápidamente cuenta de que estaban haciendo mal las cosas: la «pacificación» de Irak no acababa de producirse ni tampoco su efecto de dominó, o sea la liquidación del panarabismo que debía provocar la caída de otras autocracias y dictaduras vecinas, llevar a la balcanización de Arabia, hacer así más fácil el dominar y explotar [esa región] y permitir poner a Israel en posición hegemónica.

Muy nervioso, el Emperador Bush Junior sacó de su sombrero a la glacial afroamericana Condoleezza Rice y la nombró secretaria de Estado. Desde entonces, de manera abierta o encubierta, Rice apoya y financia –como también lo hacen los que se benefician con la guerra y el vicepresidente Dick Cheney o el comandante en jefe del poder terrorista estadounidense y servidor del «Big Oil» Donald Rumsfeld– «movimientos de resistencia» tendientes a obtener, a la fuerza, cambios de régimen en los Estados de la antigua Unión Soviética o en el Medio Oriente, y también en las regiones cerca de las cuales se planee la construcción de oleoductos.

La ayuda financiera y «logística» la ponen, entre otros, la asociación Freedom House dirigida por el ex director de la CIA James Woolsey, la United States Agency for International Development (USAID), el Open Society Institute de George Soros –uno de los hombres más ricos del mundo–, la National Endowment for Democracy (NED), y también el gobierno de Tony Blair.

Desde la llegada de Rice, el mundo se «regocijó» con la aparición de efímeras revoluciones «democráticas» dignas de un mercado de verduras: naranja en Ucrania, de terciopelo en Georgia, de los tulipanes en Kirguizia, así como la «Revolución de los cedros», desencadenada durante la primavera de 2005 luego del atentado contra el ex primer ministro libanés Rafic Hariri. Esta última «revolución» la dirigió el feudal druso Walid Joumblat, autor de importantes masacres durante la guerra civil libanesa.

Silvia Cattori: ¿Rafic Hariri había llegado casi al final de su mandato?

Jurgen Kulbel: Eso no tenía importancia. Para actuar eficazmente sobre la opinión pública había que eliminar a una figura prominente de la vida pública y política para exacerbar así la cólera del pueblo libanés. Para desencadenar la «revolución de los cedros» –un concepto sacado de la caja de ideas neoconservadora– nada mejor que el asesinato de un Hariri, o sea la liquidación de una figura representativa del Líbano que dirigía el Estado como si fuera su propiedad personal.

Silvia Cattori: ¿Tuvo usted contactos con la Comisión Mehlis durante sus investigaciones?

Jurgen Kulbel: Me parecía inútil precisamente porque yo seguía una pista completamente distinta. Después de la fastidiosa lectura de cientos de expedientes y de miles de páginas que habían pasado por las manos del alemán (Mehlis), a usted le da la impresión de que la señora Justicia se arranca la venda de los ojos y trata de pegarle con la balanza. A partir de ahí usted pierde las ganas de ponerse en contacto con Mehlis. A pesar de todo, me puse en contacto con él debido a un punto en específico. Se trataba de unos transmisores de interferencia que formaban parte del equipamiento de los autos del convoy de Hariri y que, según una fuente anónima, eran de origen israelí. En aquel momento, [Mehlis] afirmó estar sujeto al secreto profesional y transmitió mi pedido a Brammertz. Apenas salió la versión alemana de mi libro Mordakte Hariri, él rompió su «voto de silencio» –ignoro si lo hizo de acuerdo con Brammertz o a título personal– y declaró en entrevista al diario libanés Daily Star, el 21 de abril de 2006: «Las afirmaciones que figuran en ese libro, como la de que los transmisores de interferencia utilizados por Hariri eran producto de una empresa israelí, son completamente falsas y simplemente ridículas. Yo y algunos miembros de la comisión de la ONU examinamos esa cuestión y el sistema utilizado por Hariri había sido importado de un país de Europa Occidental».

Bueno, «importado» no es lo mismo que producido. Lo cual nos remite a la pregunta clave que no me contestó Gil Israeli, ex miembro de los servicios secretos y jefe de la empresa israelí que produce esos transmisores de interferencia. Yo le pregunté: «¿Usted quiere decir que usted no puede excluir que Hariri haya podido adquirir, por trasmano, transmisores de interferencia producidos por su empresa?» También es posible que la adquisición se haya hecho mediante una de esas empresas europeas que son sólo buzones y para las que, tratándose de «ciertos casos» y de «clientes especiales», es posible pasar por alto las instrucciones estrictas del ministerio israelí de Defensa en cuanto a la exportación.

Como quiera que sea, después que Mehlis puso mi tesis en tela de juicio, yo le pedí, por escrito, precisiones y explicaciones para evitar inexactitudes en la traducción de mi libro al árabe. Pero él se desvaneció como la bella durmiente del bosque. Nunca tuve respuesta.

Silvia Cattori: En definitiva, ¿si no hubiera sido por los testigos que se retractaron, Bush hubiese tenido el pretexto que quería para poner inmediatamente en ejecución sus proyectos de desestabilización contra Siria?

Jurgen Kulbel: Ciertamente. Después del Líbano, Bush contaba con el efecto de dominó y creía que Siria también sería una presa fácil. Incluso tenía ya en la mano la marioneta que necesitaba. El «líder de la oposición siria» que reside en Estados Unidos, Farid Ghadry, una especie de Chalabi sirio estaba esperando su hora. Este hombre de negocios, nacido en Alepo, presidente del Partido Reformista Sirio (PRS), fundado justo después del 11 de septiembre de 2001, es totalmente desconocido en Siria. Emigró con sus padres al Líbano a los 8 años y después a Estados Unidos donde siguió estudios de economía y marketing. Después trabajó en la industria del armamento, lo que le aportó prosperidad. Después del 11 de septiembre de 2001, creyó que había llegado el momento de ayudar a su lejana patria «con reformas económicas y políticas por la democracia, la prosperidad y la libertad». Es por eso que se integró al US-Committee on the Present Danger del que forman parte personas como Newt Gingrich y el ex jefe de la CIA James Woolsey. Impresionado por los sucesos del Líbano, Ghadry escribió, en febrero de 2005, en un artículo: «La democracia (en Siria) no será más que una ilusión hasta que el gobierno estadounidense no esté dispuesto a apoyar públicamente y a financiar convenientemente las reformas. Un encuentro en la Casa Blanca con un líder sirio demócrata podría enviar una señal fuerte a Damasco indicándole que los cambios están en marcha».

Ya a fines de marzo sus deseos fueron cumplidos por Elizabeth Cheney, hija del vicepresidente y encargada del Medio Oriente en el Departamento de Estado. En el pasado, ya ella había creado, en colaboración con el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, la Middle East Partnership Initiative (MEPI) que, con el pretexto de «reformas económicas, políticas y de la enseñanza», proporciona fondos a las fuerzas de oposición en el mundo árabe. Sólo para el año 2003 esos fondos se cifraban en 100 millones de dólares. Esta defensora de una línea dura, que tiene 36 años, presidió en Washington una reunión «no oficial» en la que participaron Farid Ghadry y «sirios de oposición». El equipo de Ghadry –en el que todos son disidentes residentes en Estados Unidos y agrupados en la «Syrian Democratic Coalition» (SDC)– discutió con funcionarios de la oficina del vicepresidente, del Pentágono y del Consejo de Seguridad Nacional el asunto de saber «cómo debilitar al régimen de Damasco» y «cómo probar que funcionarios sirios estaban implicados en maquinaciones criminales». Ghadry, que pedía que el propio presidente de Estados Unidos aumentara la presión sobre Damasco, resumió aquella reunión diciendo que el llamado a la democracia en Siria «había sido tomado muy en serio al más alto nivel del gobierno de Bush». Por su parte, él quería, «en estrecha colaboración con el gobierno estadounidense y la Unión Europea», derrocar «el régimen sirio tiránico del Baas». Hay que señalar que Ghadry, quien colaboraba estrechamente con Abdelnur, desapareció de la escena luego de haber mentido al Parlamento Europeo y ser destronado por su propio partido debido a sus «prácticas dudosas».

Todo el mundo creyó que aquello era su fin. Pero [Ghadry] salió a flote. Y lo hizo durante el encuentro mundial del American Enterprise Institute (AEI), un «think tank» neoconservador, que tuvo lugar del 16 al 18 de junio de 2006 en Beaver Creek (Colorado) y en el que se planeó posiblemente un ataque aéreo israelo-estadounidense contra Irán. Además, durante ese encuentro Cheney le dio al ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que también estaba presente, la luz verde para desencadenar la guerra contra el Líbano. Entre los 64 participantes en la conferencia del AEI estaban el secretario de Defensa Rumsfeld y otros miembros de la administración Bush. Durante esa conferencia, Cheney se reunió también con Farid Ghadry. Y eso no es seguramente un buen augurio.

Silvia Cattori: ¿Qué papel desempeñó Saad Hariri, el hijo de Rafic, durante esa investigación? ¿No estuvo del lado de los libaneses que incitaron a varios miembros de los servicios secretos a prestar declaración contra Siria?

Jurgen Kulbel: Déjeme decir lo siguiente: a principios de julio de 2006, Suleiman Franjieh, presidente del partido libanés Marada, declaró durante una entrevista que se transmitió por televisión que él había sido objeto de presiones cuando era ministro del Interior. Tenía que decir que la bomba que mató a Hariri estaba enterrada para que la familia de Hariri cobrara el seguro. Hariri junior llevó a Franjieh ante los tribunales acusándolo de calumnia.

Silvia Cattori: ¿Qué pasó también con la posición de los socialistas drusos, Walid Joumblatt y Marwan Hamadeh?

Jurgen Kulbel: No quiero hablar de Joumblatt porque yo no soy siquiatra. En cuanto a Hamadeh, ¿se planteó a sí mismo la posibilidad de haberse convertido en una especie de globo de ensayo para el asesinato de Hariri? Con toda seguridad, no era él la víctima ideal para provocar un motín popular generalizado que pudiera ser canalizado en la dirección deseada. Pero al menos, como personalidad aún viva, él no era indispensable para Tel Aviv. Cuando era ministro de Inmigración, Hamadeh declaró, cuando Elie Hobeika fue víctima de un atentado: «Está claro que Israel no quiere tener testigos en contra cuando llegue el histórico proceso de Bélgica que seguramente juzgará a Ariel Sharon, culpable por las masacres cometidas en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila. Nosotros, en Beirut, ya sufrimos a Sharon, ese criminal, y los palestinos lo siguen sufriendo actualmente». Fueron palabras muy duras en contra de Israel. El 1ro de octubre de 2004, el propio Hamadeh fue víctima de un atentado cometido en Beirut con un coche-bomba. Él sobrevivió pero su chofer resultó muerto.

Silvia Cattori: ¿Qué pasa con los generales arrestados en relación con la investigación de Mehlis?

Jurgen Kulbel: ¿Dónde están las organizaciones de derechos humanos? En su informe Brammertz descartó el resumen redactado por Mehlis, según el cual el asesinato de Hariri no hubiera podido tener lugar sin que lo supieran miembros de alto rango de los servicios secretos sirios y libaneses. Mehlis acostumbraba a sacar de su sombrero «pruebas» en condicional, pero Brammertz se expresa de forma desacostumbradamente «misteriosa» y trata de presentar como nuevo lo que ya se sabe: Habla de un «acto terrorista altamente complejo», afirma que las personas implicadas actuaron de manera muy «profesional», que el crimen «fue planificado de forma muy eficaz y ejecutado con una disciplina individual y colectiva extraordinaria» y que «por lo menos algunas de las personas implicadas tenían que poseer experiencia en ese tipo de actos terroristas».

Así que nada va a cambiar, como nos asegura Joumblatt: «Brammertz se basa en el trabajo efectuado por Mehlis. El hecho de que el informe (…) establezca un vínculo entre todas las explosiones que se produjeron antes y después del asesinato de Hariri es una acusación formal contra el régimen sirio (…) que controlaba el Líbano en el momento del asesinato de Hariri». Se trataba, por así decirlo, de una «condena tácita del régimen sirio» ya que, según dice Joumblatt, «Brammertz es muy profesional». Lo que se prepara ahí, entre bastidores, tiene que indicarnos lo que va a pasar. En todo caso, Brammertz no tiene objeción en mantener la detención de los cuatro jefes de alto rango de la seguridad libanesa arrestados durante el verano pasado por indicación de Mehlis, aunque las pruebas contra ellos se derrumbaron por completo en diciembre pasado. Al contrario, en colaboración con la ONU, el Líbano se prepara para presentarse ante un tribunal. Hay que ser muy ingenuo para creer que Brammertz podría seguir una vía personal, o incluso una vía «amigable hacia Siria». Lo único que puede aclararnos las cosas es la «vía jerárquica» europea: Carla del Ponte, fiscal general contra Milosevic, propuso durante la primavera de 2005 a su hermano del alma Detley Mehlis para el puesto de investigador en jefe, quien a su vez recomendó en diciembre de 2005 a su amigo Serge Bremmertz para que fuera su sucesor. ¡Nadie muerde la mano que le da de comer! No es para nada seguro que el diputado sirio Mohammad Habash, que se regocijaba porque el informe de Brammerzt era «sin duda alguna una mala noticia para los enemigos de Siria», esté en lo cierto. Las hienas ya están sobre el culpable que le conviene a Bush y no están dispuestas a dejarlo ir. Naji Bustani, uno de los defensores, me dijo: «Hace meses que estoy enviando puntualmente, cada diez días, un pedido al juez de instrucción responsable que siguió en el verano de 2005 la recomendación de Mehlis de proceder al arresto de esas cuatro personas. Pero no reacciona. Nuestro sistema judicial no ofrece ninguna posibilidad de oponerse a las decisiones de un juez de instrucción. Y Mehlis lo sabía bien. Ya después de arrestados, se quedarán detenidos todo lo que quiera el juez de instrucción».

Silvia Cattori: ¿Qué significaba, según su opinión, el suicidio del ministro sirio del Interior Ghazi Kanaan?

Jurgen Kulbel: Parece que se trataba de un chantaje. Durante el verano de 2005, Estados Unidos congeló las cuentas de Ghazi Kanaan afirmando que estaba implicado en negocios ilegales en Líbano. Kanaan también mantenía una estrecha relación con Hariri en el plano financiero. Después de la ofensiva de la administración Bush, los medios libaneses no sólo reforzaron la presión sicológica sobre él sino que hasta lo llamaron «padrino de la droga». Se hablaba de un interrogatorio de Kanaan por parte de Mehlis. Es importante saber cómo se hacen esas cosas: alguien viene a verte y, sin decir una palabra, pone encima de la mesa documentos según los cuales usted recibió repetidamente grandes cantidades de dinero de la víctima, y nada más. No quiero decir más sobre ese punto sino repetir lo que dijo Walid Joumblat –ese camaleón político libanés– en un momento en que se le olvidó mentir como normalmente lo hace: «Si la publicación tan esperada del informe de la ONU sobre el atentado contra Hariri podía afectar su orgullo, eso (el suicidio) fue la reacción valiente de un hombre valiente».

Silvia Cattori: Mehlis fue descrito muy rápidamente como alguien que no tiene ninguna capacidad profesional para dirigir una investigación tan delicada. También se le reprochó el haberse apoyado en políticos libaneses corruptos y fuentes israelíes. ¿Usted confirma esas afirmaciones?

Jurgen Kulbel: En Alemania, más de uno de los que dicen conocer a Mehlis o su manera de trabajar afirman que es profesionalmente incompetente y, para decirlo de manera un poco familiar, que es un estúpido. Esa era también la opinión internacional sobre él en diciembre de 2005. Yo no creo que sea así. Como mismo los criminales desarrollan sus propias características en la realización de un crimen, Mehlis ha desarrollado su propio estilo en sus investigaciones. Si ese estilo, que se mantiene como un hilo rojo a través de su actuación, no corresponde a la imagen que generalmente tenemos de la ley y la moral, ya eso es otro asunto. Me gusta comparar eso con un deportista de alto rendimiento muy especializado. El «especialista» Detley Mehlis dispone aparentemente de características o de «cualidades» que permiten que otros puedan señalar como culpable a quién más les conviene a ellos, un culpable que él es capaz de fabricar. Siendo así es inútil contestar la segunda parte de la pregunta que usted me hace ya que él tuvo que recurrir forzosamente al tipo de elementos corruptos que usted mencionó.

Pero déjeme hacer un señalamiento que tiene que ver con Israel. Ibrahim Gambari, secretario general adjunto de las Naciones Unidas encargado de las relaciones políticas, dijo efectivamente, a fines de agosto de 2005, que Mehlis había establecido «una buena colaboración con Israel y Jordania» pero que no era así con Siria. Un verdadero chiste si se piensa en las redes del Mossad descubiertas en Líbano durante aquel año y que sembraron el terror con autos-bomba y asesinatos. Sin embargo, nadie en Naciones Unidas se interesa por establecer un vínculo entre eso y el caso Hariri. Es imposible dejar de preguntarse para qué sirve tener toda esa gente en Nueva York.

Silvia Cattori: ¿Podemos llegar entonces a la conclusión de que la comisión investigadora que se le confió a Mehlis no era más que un instrumento en manos de los neoconservadores que querían que se le atribuyera el atentado a Siria?

Jurgen Kulbel: Seguramente. Veamos el ejemplo de Serge Brammertz que es, por decirlo así, el abogado encubierto de John Bolton. Aunque el belga ha evitado, hasta ahora, culpar a Damasco del asesinato, deseo que Washington ha expresado con insistencia, y aunque ha subrayado que «la futura cooperación de los sirios será decisiva para la investigación», el famoso Bolton, conocido por sus impertinencias, se creyó en la obligación de traducir: «Brammertz nos deja entrever, de forma diplomática claro está, que Siria no siempre coopera plenamente». Eso quería decir que había que «aumentar la presión sobre Siria», de ser necesario «con una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU».

A primera vista parecía que el belga corregiría las negligencias y manipulaciones heredadas de Detley Mehlis. Quince meses después del atentado, afirmó que Hariri había muerto a causa de una explosión subterránea y por encima del suelo. Eso es lo que afirman testigos desde hace mucho. Mehlis había refutado esa posibilidad porque no se ajustaba a su teoría del complot que permitía culpar a los sirios. Él privilegiaba el ataque con bomba por encima del nivel del suelo ejecutado mediante un Mitsubishi Cancer preparado como auto-bomba con una tonelada de explosivos. Atribuía el ataque a los sirios y sacaba «testigos» de su sombrero como por arte de magia. Brammertz ya no menciona a esos «testigos», aparentemente porque hicieron sus declaraciones bajo amenaza de ser torturados o después de ser sobornados y, además, porque se habían retractado hacía mucho. Pero no descarta el material sin valor que reunió el investigador alemán ya que los cuatro ex oficiales libaneses, a los que Mehlis acusaba –basándose en los testimonios en duda– de haber organizado el atentado en colaboración con los servicios secretos sirios, siguen estando incomunicados.

Esos cuatro militares van a tener muchos problemas porque Bolton dice que «Brammertz basa su investigación en las conclusiones de su predecesor, a pesar de las divergencias que aparecen. Está claro que va a seguir la misma vía». Brammertz quiere presidir personalmente el Tribunal Internacional, en Chipre, a partir de 2007, y serán él mismo y sus jueces los encargados de evaluar las «declaraciones» de esos «testigos esenciales» que inventó Mehlis. Este último hizo el trabajo sucio con gran fanfarria mediática, razón por la cual –aparte de las críticas– también recibió la cruz federal al mérito y, como era su deber, desapareció del caso como el «villano» para que su amigo Brammertz pudiera adoptar la apariencia del «bueno». Una distribución de personajes digna de una novela barata, pero conveniente para los neoconservadores.

Silvia Cattori: ¿Mehlis trabajó, como se sugiere a veces, en centros de investigaciones de los servicios de inteligencia de Estados Unidos?

Jurgen Kulbel: En el marco del caso «La Belle» pasó un tiempo del otro lado del Atlántico en 1996 y algo recogió por allá. ¿Quizás fue a esquiar con miembros de la CIA en Aspen, Colorado? Evidentemente, Mehlis es un instrumento de los servicios secretos. Sin ellos no habría podido hacer su trabajo de sabotaje en esos sectores sensibles de la política sucia. Eso es tan seguro como decir amén. ¿Cree usted que las grandes potencias están locas para perder su tiempo con «honestos» investigadores impulsados por un ingenuo deseo de descubrir la verdad?

Volvamos a sus vínculos con los servicios secretos israelíes. Mehlis empezó su «trabajo» con la comisión Hariri, la UNIIIC, en mayo de 2005. Semanas después, el 20 de julio, el diario francés Le Figaro le preguntó por qué había pedido la asistencia de Israel y Jordania. Mehlis respondió: «Es sabido que Israel tiene buen equipamiento de seguridad, en particular equipamiento tecnológico. Les pedimos que nos proporcionaran datos sobre el asesinato. Nos dieron buena información».

Posteriormente, en su primer informe del 19 de octubre de 2005, dijo en la introducción, en el párrafo 19: «…deploramos que ningún otro Estado miembro haya transmitido a la Comisión informaciones tan útiles.» Mehlis no dice la verdad. Hasta la propia prensa israelí escribió que agentes de los servicios secretos israelíes se reunieron con su equipo en Europa.

Por supuesto, a ninguna de esas personas se le ocurrió analizar si podía haber sido el Mossad quien orquestó el asesinato de Hariri. Eso no estaba en las instrucciones que habían recibido de sus empleadores. Lo único que les piden es poner a Siria en la picota. Ellos son de esos robots que forman parte del sistema burocrático, acostumbrados –detrás de su apariencia limpia– a salir adelante en los asuntos sucios, perros guardianes del sistema, que se someten dócilmente a cualquier obscenidad. Ya en 1914, Henrich Mann, escritor alemán y hermano del célebre Thomas Mann, describía en forma implacable a ese tipo de gente en su novela El Sujeto. Hoy por hoy, lo que él decía no se aplica únicamente a los alemanes.

Silvia Cattori: ¿Cree usted que Brammertz es mejor?

Jurgen Kulbel: Brammertz seguramente engañó a la opinión pública con su primer y segundo «informes técnicos». Se dice que durante estas últimas semanas «calentó de nuevo» a uno de los «principales testigos» de Mehlis, Mohammad Zuheir Siddiq. Este último le dijo a Al Arabiyya, el 9 de septiembre de 2006, que el «presidente sirio Bachar Al Assad y su contraparte libanesa Emile Lahoud ordenaron eliminar al ex primer ministro Rafic Hariri», y agregó que los «asesinos están actualmente en prisión y los otros están en Siria». Se trata de los cuatro ex jefes de la Seguridad General libanesa que están detenidos hace más de un año sobre la base de su «declaración» y por recomendación de Mehlis, o sea el brigadier general Jamil Sayyed; el general Raymond Azar, ex jefe de la inteligencia de las fuerzas terrestres; el brigadier Mustafa Hamdan, ex jefe de la Guardia Presidencial; y Ali Hajj, ex jefe de las Fuerzas de Seguridad General Interna.

Pero la revista política alemana Der Spiegel había revelado ya, el 22 de octubre de 2005, que Siddik era un individuo dudoso que había sido encontrado culpable de crimen y estafa. En realidad, ese supuesto oficial de los servicios secretos sirios había sido condenado más de una vez por delitos financieros. Esa revista había indicado que la comisión investigadora de las Naciones Unidas sabía perfectamente que Siddik la había engañado. Este había afirmado que había salido de Beirut un mes antes del ataque contra Hariri pero admitió después, a fines de septiembre de 2005, su implicación directa en la ejecución del crimen.

Siddik le había dicho a Mehlis que había puesto su apartamento de Beirut a la disposición de los conspiradores para matar a Hariri, entre ellos los funcionarios sirios de los servicios secretos encarcelados. En cuanto a sí mismo, había declarado que había recogido información para los servicios sirios sobre los campamentos de refugiados palestinos en el Líbano. Sin embargo, semanas antes, el gobierno sirio había enviado documentación sobre Siddik a diferentes gobiernos occidentales con la esperanza de evitar que Mehlis cayera en la trampa de tan notorio impostor.

Posteriormente se hizo evidente que Siddik había recibido dinero por sus declaraciones ya que sus estados de cuenta bancaria revelaron que a finales del verano había recibido una llamada telefónica de París, durante la cual anunció «me hice millonario». Las dudas sobre la credibilidad de este hombre habían sido alimentadas además por la revelación de que Siddik había sido recomendado por Rifaat Al Assad, renegado sirio desde hace mucho tiempo y tío del presidente sirio que más de una vez se ha propuesto a sí mismo como una «alternativa al presidente de Siria».

El Líbano emitió una orden de arresto contra Siddik, quien fue después designado como sospechoso por los investigadores de la ONU, pero las autoridades francesas se negaron a extraditar a Siddik porque la pena de muerte sigue estando en vigor en Líbano.

Ninguno de los cuatro jefes de la seguridad encarcelados ha sido formalmente inculpado y ninguno de ellos ha sido confrontado con Siddik, como exige la ley.

El 9 de septiembre de 2006, Siddik repitió sus alegaciones desde París: «Yo vi el auto (en el que se sospecha que se transportó el explosivo) cuando lo estaban preparando en el campamento de los servicios de inteligencia sirios de Zabani, en la Bekaa, y le entregué al ex jefe de los investigadores de la ONU documentos y fotos irrefutables de las que tengo los negativos, y hay muchas cosas que se sabrán más tarde».

Esta vez, Siddik afirmó que los servicios de inteligencia sirios habían tratado de «atraerlo a Siria ofreciéndole importantes sumas de dinero y el título de héroe» si retiraba sus anteriores acusaciones. Dijo tener «la grabación de un oficial sirio de alto rango» que –según él– le pidió hace un mes que acusara a ciertos líderes del «Movimiento del 14 de marzo» de haberlo incitado a acusar a Siria del asesinato de Hariri.

Normalmente, los magistrados y fiscales en su sano juicio saben que ese tipo de testigo representa un problema y tendrían que preguntarse quién fabricó ese supertestigo. Pero yo estoy seguro de que no se plantearán esa pregunta y que Brammertz adora a este Siddik.

Silvia Cattori: ¿No es extraño que Kofi Annan haya confiado una responsabilidad tan grande a ese tipo de persona?

Jurgen Kulbel: Después de O. J. Simpson y Condoleezza Rice, Kofi Annan es la tercera persona de color que no quisiera encontrarme en la calle.

Silvia Cattori: ¿Es inocente el que Carla Del Ponte, fiscal que ocupa la misma posición que Mehlis en el TPI, haya recomendado a Mehlis para esa investigación?

Jurgen Kulbel: Todos vienen del mismo molde. Carla Del Ponte, o Carlita «la pesta», propuso para ese puesto a Mehlis, quien a su vez propone a su amigo Brammertz para que sea su sucesor.

Silvia Cattori: ¿Mehlis no había provocado ya un escándalo por haber concluido la responsabilidad de Libia en el atentado de la discoteca «La Belle», en Berlín, en 1986, acusación que permitió a Estados Unidos bombardear Trípoli y Bengasi y aislar a Libia?

Jurgen Kulbel: Detlev Mehlis dirigió, efectivamente, las investigaciones sobre la discoteca «La Belle». Por cierto, extrañamente, el propio afectado –el propietario de la discoteca– fue el primero en pensar que los libios podían estar detrás del asunto. El 6 de abril de 1986, un día después del atentado, dijo: «En los últimos tiempos se oye hablar a menudo de ataques terroristas ordenados por Kadhafi y yo temía que mi discoteca fuera un día blanco de uno de esos atentados». La discoteca «La Belle», en Berlín occidental, era frecuentada principalmente por soldados estadounidenses negros y durante el atentado una joven turca y dos soldados fueron despedazados por una bomba y parte de los aproximadamente 200 clientes fueron gravemente heridos. Nadie investigó nunca para averiguar si, como afirmaban varios testigos, el propietario estaba vinculado a las drogas y el tráfico de armas, lo cual podía hacer que se viera obligado a prestar ciertos servicios.

Todo ese asunto está lleno de trampas, de astucias, de intrigas; está mal contado, como una comedia burguesa típica, para montar una acusación conveniente a sus amos. Pienso hablar más ampliamente de eso en mi próximo libro. Estuve estudiando el asunto en detalle.

Silvia Cattori: En el caso «La Belle» también desempeñaban un papel ciertos mensajes radiales enviados por el Mossad para que el atentado fuera atribuido a Libia. ¿Qué hizo el investigador y fiscal Mehlis con ese «material», que no puede ser considerado realmente probatorio?

Jurgen Kulbel: Justo después del atentado, Ronald Reagan, entonces presidente de Estados Unidos, estaba convencido de que el organizador del atentado había sido el jefe de Estado libio Muammar El Kadhafi. Lo que debía probar eso era un mensaje radial de la Oficina Popular (embajada) de Libia en Berlín, capital de la RDA, supuestamente interceptado por el servicio secreto estadounidense NSA. Aquel mensaje decía: «Esta mañana a la 1h30 una de las acciones fue realizada con éxito y sin dejar huellas. Oficina Popular de Berlín.»

Durante el proceso de Lockerbie, el ex oficial de los servicios secretos israelíes Victor Ostrovski declaró bajo juramento que comandos del Mossad habían instalado en aquella época un «caballo de Troya», o sea un transmisor en Trípoli que enviaba mensajes falsos hablando del «éxito» de la bomba en Berlín. Según Ostrovski, los mensajes radiales interceptados no eran más que un invento del Mossad.

Silvia Cattori: ¿Qué sabe usted de esos supuestos mensajes radiales?

Jurgen Kulbel: Bueno, Mehlis se dirigió al servicio de inteligencia alemán (BND) en Pullach, cerca de Munich. Detlev Mehlis tuvo conocimiento de esos mensajes y quería utilizarlos como prueba. Después, el 4 de octubre de 1996, hubo una cita entre Mehlis y los colaboradores de la sección «Aprovisionamiento técnico» del BND que le garantizaron que su pedido sería analizado. Días más tarde, el 8 de octubre de 1996, recibió un documento del BND con el contenido de los mensajes radiales sospechosos.

Para ser exacto, se trataba de cinco supuestos mensajes enviados por telex y que, según se decía, eran un intercambio entre Trípoli y la Oficina del Pueblo Libio en Berlín oriental, entre el 25 de marzo y el 5 de abril de 1986, y cuyo contenido había podido conocer el BND –eso decían aquellos señores– en el marco de sus labores de inteligencia. El servicio de inteligencia declaró que los mensajes habían sido grabados de forma codificada por un «servicio amigo», muy probablemente un servicio estadounidense, y entregados más tarde al BND. El servicio en cuestión exigió que su propia identidad fuera mantenida en secreto por el BND pero lo autorizó a poner los mensajes interceptados a disposición de la oficina del fiscal alemán y del tribunal.

Dos años más tarde, el 6 de octubre, al proporcionar al tribunal un testimonio oficial sobre esos mensajes, el BND indicó que es posible que el material intercambiado así haya sido objeto de manipulaciones pero que no tenía, en aquel caso en específico, razones para dudar de su autenticidad.

El servicio de inteligencia alemán pretende haber descifrado los mensajes y haberlos traducido después al alemán a partir de la versión original en árabe. Y ahí se traba el asunto. El servicio secreto informó por escrito al tribunal que el «BND ya no dispone ni de la versión original codificada ni del texto original en árabe». Eso no tiene nada de extraño porque, según dicen los señores de Pullach –la central de servicios de inteligencia alemanes– sólo se trata del procedimiento habitual utilizado cuando se trabaja con ese tipo de mensajes en que la versión descodificada y traducida reemplaza «el original».

Esos mensajes radiales, que no citaré aquí uno por uno, son sólo un producto de la fantasía del Mossad, como declaró Ostrovski bajo juramento. Pero, como hemos podido ver, han ido avanzando de manera poco seria, incluso ante un tribunal alemán.

Se trata simplemente de una intriga de la peor especie y tan transparente que la gente en su sano juicio se arranca los pelos ante ese tipo de manipulaciones.

Silvia Cattori: ¿Podemos deducir de esto que Mehlis era el hombre de Israel y de Estados Unidos porque ya había cubierto una acción del Mossad en el caso de Berlín?

Jurgen Kulbel: Por las razones antes mencionadas, yo comparto ampliamente el análisis del politólogo británico Nafeez Mosaddeg Ahmed: «Como fiscal en Berlín, Mehlis, accidentalmente pero de forma lógica, apoyó el dudoso interés que los servicios secretos estadounidenses, israelíes y alemanes mostraban por el ataque terrorista de 1986. Construyó activamente contra los sospechosos un expediente selectivo y políticamente motivado, sin pruebas materiales objetivas, ignorando y protegiendo a un grupo de sospechosos que tenían relaciones comprobadas con los servicios secretos occidentales».

Silvia Cattori: Brammertz pidió que se prolongara la investigación por un año. ¿Tiene sentido eso?

Jurgen Kulbel: De cierta manera, en esa inquisición de la ONU, los señores investigadores se quedaron sin aire. O sea que el conjunto de pruebas contra Damasco y contra los cuatros ex oficiales de seguridad libaneses es tan delgado como el tejido de un calcetín viejo. Pero a los mandamases –la administración estadounidense– les basta con mantener vivas las acusaciones contra Siria al menos por un año más, lo cual se hace ostensible. Bush tiene aún, como todo el mundo se imagina, varios proyectos de guerras imperiales para su segundo mandato.

Silvia Cattori: ¿El «Movimiento del 14 marzo» obtuvo apoyo financiero de Estados Unidos?

Jurgen Kulbel: ¿Se refiere usted a esa lamentable banda al servicio de la América de la Muerte desde la «revolución» de los cedros?

Silvia Cattori: ¿Ese movimiento está al servicio de los planes de Ziad Abdelnour, el hombre en el que Tel Aviv y Washington ponen sus esperanzas para instaurar un régimen favorable a sus propios intereses? ¡En su libro usted menciona a Ziad K. Abdelnour, presidente del Comité Estadounidense por un Líbano libre, como una persona que desempeña un papel importante en la promoción de los planes de la administración Bush!

Jurgen Kulbel: Ese señor es uno de los más activos criminales de cuello blanco, que no desperdicia la oportunidad de dar rienda suelta a la propaganda y el insulto para fustigar a Siria y el status quo en Líbano. Se le ha metido en la cabeza imponer a Arabia relaciones capitalistas clásicas. Creo que ya no tendrá papel político después de la publicación de mi libro. Pero sus intereses económicos y los de sus clientes estarán por supuesto garantizados por un régimen de marionetas. Y ese es el verdadero objetivo de ese banquero de Wall Street. Una región árabe que no sea explotada a fondo representa una pérdida económica para la gente de su calaña. Entre el 5 y el 7 de junio de 2006 pronunció, por ejemplo, un discurso en Dubai, en el hotel Madinat Jumeirah, sobre el tema «Venture capital investing» en la región árabe. Abdelnour hablaba allí como presidente de Blackhawk Parners, LLC, USA, ante responsables de grandes grupos y bancos de Europa, Estados Unidos, Medio Oriente y el Golfo, y ante representantes del Fondo Monetario Internacional.

Silvia Cattori: ¿Entonces la desestabilización del Líbano favorecía a los candidatos financiados por Israel y Estados Unidos, como Nagi N. Najjar?

Jurgen Kulbel: Ni un sólo libanés honesto aceptaría a ese Najjar, viejo colaborador de Israel, ni como jefe de un grupo de vendedores de zapatos. Ese tipo de persona inmoral, generalmente al servicio de dos amos, se pasa la vida en la zona oscura entre la política y los servicios secretos, se dedica a su jueguito y se sitúa como colaborador y organizador. El papel de ese «estratega» exige investigaciones más profundas aún que las que yo hice ya. Etienne Sakr, jefe de los «Guardians of the Cedars», milicia civil organizada según un modelo fascista, estableció un contacto, a fines de febrero, entre una delegación de «miembros de la resistencia libanesa en el exilio» y miembros del parlamento británico para discutir sobre la «situación» en el Líbano y Siria. Naturalmente, Najjar participó. Esos exilados, que tienen juicios pendientes en Líbano debido a su colaboración con Israel durante la guerra civil, reclamaron allí el derecho al retorno y a participar en el proceso político para combatir el fundamentalismo islámico. Además, critican abiertamente a Beirut por no haber desarmado a Hezbollah. Sakr, que fue condenado a muerte en Líbano, también pide a Londres y Washington que refuercen la presión sobre el gobierno de Damasco que, según él, sería un foco de problemas en la región ya que «estimula» el terrorismo y a Hezbollah. En el «Military Officers Club» de Londres, ambas partes se pusieron de acuerdo para mantener la vigilancia sobre esas demandas y llegar también a un acuerdo con los franceses.

Más a menos en ese mismo momento, el 17 de marzo, se reunieron también, como por casualidad, 14 políticos sirios exilados en Bruselas que declararon que «Siria necesitaba ser liberada del régimen autocrático que ha debilitado el país». Los grupos de oposición, que se componen de liberales, comunistas, kurdos y la confraternidad musulmana, quieren, con vistas a un cambio de régimen, derogar la constitución, instalar un gobierno de transición, organizar elecciones y levantar el estado de emergencia.

«Uno de los más grandes desafíos es echar abajo el muro del miedo», declaró Nadjib Ghadbian en el Consejo Nacional Sirio, confederación de grupos de opositores en Estados Unidos. Ghadbian, profesor en la universidad de Arkansas, es además miembro dirigente del «Center for the Study of Islam & Democracy» (CSID) con sede en Washington, una organización de disidentes que colabora estrechamente con la USAID de Cheney y Rice. Simplemente están cocinando el «nuevo Medio Oriente» que tanto desea la granítica Rice.

Silvia Cattori: ¿El arresto, en junio de 2006, de personas que pertenecían a una red del Mossad en el sur del Líbano tiene que ver con el caso Hariri?

Jurgen Kulbel: El 26 de junio le envié a Kofi Annan y Serge Brammertz una carta abierta que también se publicó en diarios árabes. Les pedí que no dejaran pasar el tiempo inútilmente y que ampliaran el campo de investigaciones en el caso Hariri en dirección de otros posibles organizadores del crimen, sobre todo «Israel y el Mossad» y todos sus colaboradores. Como ese tipo de crimen cometido por el Mossad en el extranjero –como el reciente caso de Majzub– sólo puede ser ejecutado con autorización del primer ministro israelí, yo propuse a Annan que autorizara inmediatamente al UNIIIC –de ser necesario mediante una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU– para que interrogara a los responsables del gobierno israelí, en primer lugar al primer ministro Ehud Olmert y al jefe del Mossad Meir Dagan, ya que como lo demuestran las investigaciones del ejército libanés, Israel dispone de amplia experiencia y de un preciso savoir-faire en cuanto a la técnica criminal de los coches-bomba. Además, bajo la dirección de Serge Brammertz, que goza del apoyo de sus persistentes investigadores, la UNIIIC tiene ante sí una oportunidad única de esclarecer cómo funciona un sistema terrorista que opera al más alto nivel logístico y tecnológico y de dar así respuesta, aunque sea sólo con la perspectiva de sacar de ello una mejor comprensión o elementos de comparación, a muchas de las interrogantes que aparecieron durante la investigación, entre ellas la cuestión de saber qué medios de alta tecnología fueron utilizados en el atentado contra Hariri.

Silvia Cattori: Hay analistas que dicen que, por su apoyo a la resolución 1559, Francia es responsable de lo que está pasando en el Líbano. ¿Entendió usted por qué Francia se lanzó, a partir de 2004, en una dirección que comprometía su credibilidad ante el mundo árabe?

Jurgen Kulbel: Resulta evidente que Francia está entre los principales responsables de la catástrofe que tiene lugar en el Líbano desde que murió Hariri. Jacques Chirac no sólo es partícipe de las maquinaciones estadounidenses en el Levante sino que incluso trató activamente de convencer à Bush de dar carta blanca a Francia en su antigua zona colonial de influencia. El texto de la resolución 1559 de la ONU, que pedía la retirada de las tropas sirias del Líbano, fue redactado por un consejero del Elíseo en colaboración con la secretaria de Estado Condoleezza Rice. Parece que ni el secretario general de la ONU Kofi Annan ni el ministerio francés de Relaciones Exteriores fueron informados. Después del atentado contra Hariri, todo indica que Chirac, Bush y Sharon se pusieron de acuerdo en una repartición de los papeles a desempeñar en el complot para el derrocamiento del presidente sirio Al Assad y la eliminación del partido Baas.

Silvia Cattori: ¿Cree usted que esta región se encuentra en medio de una larga guerra? ¿Y que Israel la estaría desarrollando no sólo para destruir al Hezbollah sino también a los pueblos de la región?

Jurgen Kulbel: En primer lugar, Israel usa como rehén a la comunidad de pueblos. Las cortes principescas «democráticas» de Europa y de otras regiones envían a 15 000 de sus hijos a la Tierra Santa para que garanticen «mediante un mandato robusto» la seguridad del Estado judío. Claro está, son los contribuyentes de cada uno de esos Estados quienes pagan esas misiones. Por consiguiente, cero riesgo y cero gastos para Israel. Y los ataúdes de los soldados son recibidos con trompetas y salvas de artillería. Como eso no cuesta demasiado caro, los cofres imperiales son generalmente generosos cuando eso sucede. En cuanto a saber si el «mandato robusto» también pudiera servir paralelamente para preparar un ataque de Israel o de Estados Unidos, o de los dos juntos, contra Irán, eso habría que preguntárselo al demonio de Kentucky. Es posible que los cascos azules estén precisamente destinados a servir de cobertura en esa región del Oriente árabe cuando los aviones de combate del Imperio ataquen Teherán. De todas maneras, durante los últimos años, Estados Unidos redujo la ONU a la impotencia y la amenazó con sanciones financieras si no se ponía al servicio de los emperadores del Potomac. ¿Por qué tendrían que privarse los estadounidenses de utilizar en misiones de combate, y como les venga en ganas a Bush y Cheney, unas fuerzas armadas inicialmente previstas para cumplir misiones de mantenimiento de la paz?

Silvia Cattori: El Mossad y la CIA deben considerarlo hoy a usted como un enemigo y seguramente vigilan todos sus movimientos y contactos. ¿No teme usted que traten de acallarlo brutalmente?

Jurgen Kulbel: Ya me pasó por la cabeza esa posibilidad. En los expedientes con los que trabajó Mehlis, aparecen regularmente decesos, ya sea producto de accidentes, de una depresión. Ese es el tema de mi próximo libro.

Silvia Cattori
Periodista suiza.

«El pueblo estadounidense tiene al diablo en casa»

El presidente de Venezuela dijo el 20 de septiembre 2006 durante su intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas que seguirá alertando sobre las pretensiones hegemónicas del gobierno del presidente George Bush.

«El pueblo estadounidense tiene al diablo en casa» dijo el Mandatario Bolivariano Hugo Chávez.

«Ayer vino el diablo aquí», dijo Chávez en referencia a la presencia de Bush en la tarima de la Asamblea General desde la que hablan los líderes mundiales. «En «este mismo lugar huele a azufre todavía»».

«Hacemos un llamado al pueblo de Estados Unidos y al mundo para detener esta amenaza, que es como la espada de Dámocles», dijo el mandatario venezolano.

Llevando consigo un libro de Noam Chomsky «Hegemonía y Supervivencia», Chávez centró su discurso en el gobierno de Estados Unidos y su política internacional.

«La pretensión hegemónica del imperio americano pone en riesgo la supervivencia de la especie humana», advirtió Chávez.

El mandatario invitó a los presentes a leer el libro del intelectual y lingüista Chomsky, uno de los más famosos disidentes de Estados Unidos, ya que «la amenaza la tienen en su propia casa. El diablo está en casa».

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llegó a la sede de la ONU en Nueva York, en busca de los votos necesarios para convertir a su país en miembro no permanente del Consejo de Seguridad y derrotar la oposición de Estados Unidos que, en cambio, apoya a Guatemala.

Para ganar el puesto se requiere el apoyo de dos tercios de la Asamblea General, es decir, 128 votos.

Venezuela afirma que ya cuenta con los votos necesarios, pero Guatemala y sus aliados no se rinden.

El año pasado, Chávez afirmó en este mismo foro que modelo de Naciones Unidas está agotado, «no sirve» y pidió reformas radicales en la organización.

También el Presidente pidió un cambio de la sede a una ciudad internacional y propuso Suramérica. Afirmó que el proceso de la reunión fue desvirtuado. «Se nos ha impuesto un proceso de reformas que relega a un segundo plano lo más urgente, lo que los pueblos reclaman con urgencia para enfrentar los verdaderos problemas». En su presentación de hoy también se espera que el presidente Chávez revolucione la asamblea con su discurso.

La agenda que Chávez pretende llevar al máximo foro mundial fue planteada en la reciente cumbre de No Alineados (Noal) en La Habana del fin de semana pasado y durante la visita del presidente de Irán, Mamud Ahmadinejad, cuando los dos líderes de fendieron contra viento y marea el programa nuclear iraní.

Wednesday, September 20, 2006

Texto del Discurso del Presidente Hugo Chávez en la ONU

Transcripción del discurso pronunciado por el Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en el marco de 61ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York.

Véase también:
"Seguimos alertando al mundo para detener la amenaza del imperialismo"

20 Septiembre 2006, 05:50 PM

Presidenta de la LXI Asamblea General de las Naciones Unidas, Sheika Haya Rashed Al-Khalifa: En nombre de la Asamblea General, tengo el honor de dar la bienvenida a las Naciones Unidas a Su Excelencia, el señor Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, e invitarle a dirigirse a la Asamblea. [Aplausos].

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez: Señora Presidenta, excelencias, jefes de Estado, jefes de Gobierno y altos representantes de los Gobiernos del mundo: muy buenos días a todos y a todas. En primer lugar quiero invitarles, con mucho respeto, a quienes no hayan podido leer este libro, a que lo leamos; Noam Chomsky, uno de los más prestigiosos intelectuales de esta América y del mundo en uno de sus más recientes trabajos: Hegemonía o supervivencia, la estrategia imperialista de Estados Unidos. Excelente trabajo para entender lo que ha pasado en el mundo en el siglo XX, lo que hoy está pasando, y la más grande amenaza que se cierne sobre nuestro planeta: la pretensión hegemónica del imperialismo norteamericano pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana.

Seguimos alertando sobre ese peligro y haciendo un llamado al propio pueblo de los Estados Unidos y al mundo para detener esta amenaza, que es como la propia espada de Damocles. Yo pensaba leer algún capítulo, pero, por respetar el tiempo, más bien lo dejo como una recomendación. Se lee rápido. Es muy bueno, señora Presidenta. Seguramente usted lo conoce. Está publicado en inglés, en alemán, en ruso, en árabe, seguramente. [Aplausos].

Miren, yo creo que los primeros ciudadanos que deberían leer este libro son los ciudadanos hermanos y hermanas de los Estados Unidos, porque la amenaza la tienen en su propia casa; el diablo está en casa, pues. El propio diablo está en casa. Ayer vino el diablo aquí.

Ayer estuvo el diablo aquí [Aplausos], en este mismo lugar. ¡Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar! Ayer, señoras, señores, desde esta misma tribuna el señor Presidente de los Estados Unidos, a quien yo llamo “el Diablo”, vino aquí hablando como dueño del mundo. Un psiquiatra no estaría demás para analizar el discurso de ayer del Presidente de los Estados Unidos. Como vocero del imperialismo vino a dar sus recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación, de explotación y de saqueo a los pueblos del mundo. Para una película de Alfred Hitchcock estaría buena; incluso yo propondría un título: “La receta del diablo”.

Es decir, el imperialismo norteamericano —y aquí lo dice Chomsky con una claridad meridiana y profunda— está haciendo desesperados esfuerzos por consolidar su sistema hegemónico de dominación. Nosotros no podemos permitir que eso ocurra, no podemos permitir que se instale la dictadura mundial; que se consolide la dictadura mundial.

El discurso del Presidente-tirano mundial, lleno de cinismo, lleno de hipocresía, es la hipocresía imperial, el intento de controlar todo. Ellos quieren imponernos el modelo democrático como lo conciben: la falsa democracia de las élites. Y además un modelo democrático muy original: ¡impuesto a bombazos, a bombardeos y a punta de invasiones y de cañonazos! ¡Vaya qué democracia! Habría que revisar las tesis de Aristóteles, ¿no? Y de los primeros que hablaron por allá en Grecia, de la democracia, a ver qué modelo de democracia es ése, el que se impone a punta de marines, de invasiones, de agresiones y de bombas.

Dice el Presidente de los Estados Unidos ayer, en esta misma sala, lo siguiente: “Hacia dondequiera que usted mira, oye a extremistas que le dicen que puede escapar de la miseria y recuperar su dignidad a través de la violencia, el terror y el martirio”. ¡Dondequiera que él mira ve a extremistas! Yo estoy seguro de que te ve a ti, hermano, con ese color, y cree que eres un extremista. Con este color, Evo Morales —que vino ayer, el digno presidente de Bolivia— es un extremista. Por todos lados ven extremistas los imperialistas.

No, no es que somos extremistas; lo que pasa es que el mundo está despertando y por todos lados insurgimos los pueblos.

Yo tengo la impresión, señor dictador imperialista, de que usted va a vivir el resto de sus días con una pesadilla, porque por dondequiera que vea, vamos a surgir nosotros, los que insurgimos contra el imperialismo norteamericano, los que clamamos por la libertad plena del mundo, por la igualdad de los pueblos, por el respeto a la soberanía de las naciones.

Sí, nos llaman extremistas, insurgimos contra el imperio, insurgimos contra el modelo de dominación.

Luego, el señor Presidente vino a hablarles, así lo dijo: “Hoy quiero hablarles directamente a las poblaciones del Oriente Medio, mi país desea la paz...” Esto es cierto. Si nosotros nos vamos por la calles del Bronx, si nosotros nos vamos por las calles de Nueva York, de Washington, de San Diego, de California, de cualquier ciudad, de San Antonio, de San Francisco y le preguntamos a la gente en las calles, a los ciudadanos estadounidenses. Este país quiere la paz. La diferencia está en que el Gobierno de este país, de Estados Unidos, no quiere la paz, quiere imponernos su modelo de explotación y de saqueo, y su hegemonía a punta de guerras. Ésa es la pequeña diferencia, quiere la paz, ¿y qué está pasando en Irak?, ¿y qué ha pasado en el Líbano y en Palestina?, ¿y qué ha pasado en 100 años, pues, en América Latina y en el mundo? Y ahora las amenazas contra Venezuela, nuevas amenazas contra Venezuela, nuevas amenazas contra Irán… Le habló al pueblo del Líbano: “Muchos de ustedes han visto cómo sus hogares y sus comunidades quedaron atrapadas en el fuego cruzado”. ¡Vaya qué cinismo!, ¡vaya qué capacidad para mentir descaradamente ante el mundo! Las bombas en Beirut, lanzadas con precisión milimétrica, ¿son fuego cruzado? Creo que el Presidente está pensando en las películas del Oeste, cuando se disparaba desde la cintura y alguien quedaba atravesado en el fuego cruzado. ¡Fuego imperialista, fuego fascista, fuego asesino y fuego genocida, el del imperio y el de Israel contra el pueblo inocente de Palestina y el pueblo del Líbano! ¡Ésa es la verdad!, ahora dicen que sufren, que estamos sufriendo porque vemos sus hogares destruidos.

En fin, el Presidente de los Estados Unidos vino a hablarles a los pueblos, vino a decir, además —yo traje, señora Presidenta, unos documentos, porque estuve esta madrugada viendo algunos discursos y actualizando mis palabras—, le habló al pueblo de Afganistán, al pueblo del Líbano: “Al pueblo de Irán le digo…, al pueblo del Líbano le digo…, al pueblo de Afganistán le digo…” Bueno, uno se pregunta: así como el Presidente de los Estados Unidos le dice “le digo…” a esos pueblos, ¿qué le dirían esos pueblos a él, si esos pueblos pudieran hablar?, ¿qué le dirían? Yo se los voy a recoger porque conozco a la mayor parte del alma de esos pueblos, los pueblos del Sur, los pueblos atropellados. Dirían: “Imperio yankee, go home”, ése sería el grito que brotaría por todas partes si los pueblos del mundo pudieran hablarle a una sola voz al imperio de los Estados Unidos.

Por eso, señora Presidenta, colegas, amigas y amigos, nosotros el año pasado vinimos aquí a este mismo salón, como todos los años en los últimos ocho, y decíamos algo que hoy está confirmado plenamente y yo creo que aquí casi nadie en esta sala pudiera pararse a defender: el sistema de Naciones Unidas, nacido después de la Segunda Guerra Mundial —aceptémoslo con honestidad—, colapsó, se desplomó, ¡no sirve! Sirve para venir aquí a dar discursos, a vernos una vez al año, sí, para eso sí sirve; y para hacer documentos muy largos y hacer buenas reflexiones y oír buenos discursos como el de Evo ayer, como el de Lula, y muchos discursos, el que estábamos oyendo ahora mismo, del Presidente de Sri Lanka y el de la Presidenta de Chile. Sí, para eso sirve. Pero nos han convertido a esta Asamblea en un órgano meramente deliberativo, sin ningún tipo de poder para impactar de la más mínima manera la realidad terrible que vive el mundo.

Por eso nosotros volvemos a proponer, Venezuela vuelve a proponer aquí hoy, este día 20 de septiembre, que refundemos las Naciones Unidas. Nosotros hicimos el año pasado, señora Presidenta, cuatro modestas propuestas que consideramos de necesidad impostergable para que las asumamos los jefes de Estado, los jefes de Gobierno, nuestros embajadores, nuestros representantes, y las discutamos.

Primero, la expansión —ayer lo decía Lula aquí mismo— del Consejo de Seguridad, tanto en sus categorías permanentes como en las no permanentes, dando entrada a nuevos países desarrollados y a países subdesarrollados, el tercer mundo, como nuevos miembros permanentes. Eso en primer lugar.

En segundo lugar, la aplicación de métodos eficaces de atención y resolución de los conflictos mundiales, métodos transparentes de debate, de decisiones.

Tercero, nos parece fundamental la supresión inmediata —y eso es un clamor de todos— de ese mecanismo antidemocrático del veto en las decisiones del Consejo de Seguridad.

Vaya un ejemplo reciente: El veto inmoral del Gobierno de los Estados Unidos permitió libremente a las fuerzas israelíes destrozar el Líbano, delante de todos nosotros, evitando una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Y en cuarto lugar, es necesario fortalecer —decimos siempre— el papel, las atribuciones del Secretario General de Naciones Unidas. Ayer nos daba un discurso el Secretario General, prácticamente de despedida, y reconocía que en estos diez años el mundo lo que ha hecho es complicarse, y que los graves problemas del mundo, el hambre, la miseria, la violencia, la violación a los derechos humanos lo que ha hecho es agravarse. Esto es consecuencia terrible del colapso del sistema de Naciones Unidas y de la pretensión imperialista norteamericana.

Por otra parte, señora Presidenta, Venezuela decidió hace varios años dar esta batalla por dentro de Naciones Unidas, reconociendo Naciones Unidas como miembros que somos, con nuestra voz, con nuestras modestas reflexiones; una voz independiente somos para representar la dignidad y la búsqueda de la paz, la reformulación del sistema internacional; para denunciar la persecución y las agresiones del hegemonismo contra los pueblos del planeta. Venezuela de esa manera ha presentado su nombre, esta Patria de Bolívar ha presentado su nombre y se ha postulado para un puesto como miembro no permanente del Consejo de Seguridad. Vaya usted a saber: el Gobierno de los Estados Unidos ha iniciado una agresión abierta, una agresión inmoral en el mundo entero para tratar de impedir que Venezuela sea elegida libremente para ocupar una silla en el Consejo de Seguridad; el imperio tiene miedo a la verdad, a las voces independientes, acusándonos de extremistas. Ellos son los extremistas.

Yo quiero agradecer aquí a todos aquellos países que han anunciado su apoyo a Venezuela, aun cuando la votación es secreta y no es necesario que nadie lo anuncie. Pero creo que dada la agresión abierta del imperio norteamericano, eso aceleró el apoyo de muchos países, lo cual fortalece mucho moralmente a Venezuela, a nuestro pueblo, a nuestro Gobierno. El Mercosur, por ejemplo, en bloque ha anunciado su apoyo a Venezuela, nuestros hermanos del Mercosur —Venezuela ahora es miembro pleno del Mercosur con Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay— y muchos otros países de América Latina, como Bolivia; el Caricom en pleno anunció su apoyo a Venezuela; la Liga Árabe en pleno anunció su apoyo a Venezuela. Agradezco muchísimo al mundo árabe, a nuestros hermanos de Arabia, esa Arabia profunda. A nuestros hermanos del Caribe, de la Unión Africana: casi toda África anunció su apoyo a Venezuela. Y países como Rusia, como China y muchos otros países del planeta. Muchísimas gracias, a nombre de Venezuela, a nombre de nuestro pueblo y a nombre de la verdad. Porque Venezuela, al ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad va a traer la voz no sólo de Venezuela, la voz del tercer mundo, la voz de los pueblos del planeta, ahí estaremos defendiendo la dignidad y la verdad.

Más allá de todo esto, señora Presidenta, creo que hay razones para que seamos optimistas, irrenunciablemente optimistas, diría un poeta, porque más allá de las amenazas, de las bombas, de las guerras, de las agresiones, de la guerra preventiva, de la destrucción de pueblos enteros, uno puede apreciar que se está levantando una nueva era, como canta Silvio Rodríguez: “La era está pariendo un corazón”. Se levantan corrientes alternativas, pensamientos alternativos, movimientos alternativos, juventudes con pensamiento distinto; se demostró ya en apenas una década que era totalmente falsa la tesis del fin de la historia, totalmente falsa la tesis de la instauración del imperio americano, de la pax americana, la instauración del modelo capitalista, neoliberal que lo que genera es miseria y pobreza, es totalmente falsa la tesis, se vino abajo, ahora hay que definir el futuro del mundo. Hay un amanecer en el planeta y se ve por todas partes, por América Latina, por Asia, por África, por Europa, por Oceanía.

Quiero resaltar esa visión de optimismo para que fortalezcamos nuestra conciencia y nuestra voluntad de batalla por salvar al mundo y construir un mundo nuevo, un mundo mejor. Venezuela se suma a esa lucha y por eso somos amenazados.

Ya Estados Unidos planificó, financió e impulsó un golpe de Estado en Venezuela y Estados Unidos sigue apoyando movimientos golpistas en Venezuela y contra Venezuela, sigue apoyando el terrorismo. Ya la presidenta Michelle Bachelet recordaba hace unos días —perdón, hace unos minutos— el horrible asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier; yo sólo agregaría lo siguiente: los culpables están libres, y los culpables de aquel hecho donde murió también una ciudadana estadounidense, son norteamericanos, de la CIA, terroristas de la CIA. Pero además hay que recordar en esta sala que dentro de pocos días también se cumplirán 30 años igualmente de aquel hecho terrorista horripilante de la voladura del avión cubano, donde murieron 73 inocentes, un avión de Cubana de Aviación, ¿y dónde está el más grande terrorista de este continente y quien asumió la voladura del avión cubano, como autor intelectual?

Estuvo preso en Venezuela unos años, se fugó allá por complicidad de funcionarios de la CIA y del Gobierno venezolano de entonces. Está aquí viviendo en Estados Unidos, protegido por este Gobierno, y fue convicto y confeso.

El Gobierno de los Estados Unidos tiene un doble rasero y protege el terrorismo.
Estas reflexiones, para decir que Venezuela está comprometida en la lucha contra el terrorismo, contra la violencia, y se une a todos los pueblos que luchamos por la paz, y por un mundo de iguales.

He hablado del avión cubano, Luis Posada Carriles se llama el terrorista, está protegido aquí. Como protegidos están aquí grandes corruptos que se fugaron de Venezuela; un grupo de terroristas que allá pusieron bombas contra embajadas de varios países, que allá asesinaron gente durante el golpe de Estado, secuestran a este humilde servidor y lo iban a fusilar, sólo que Dios metió su mano, y un grupo de buenos soldados y un pueblo que se fue a las calles; y de milagro estoy aquí. Están aquí, protegidos por el Gobierno de Estados Unidos los líderes de aquel golpe de Estado y de aquellos actos terroristas. Yo acuso al Gobierno de Estados Unidos de proteger al terrorismo y de tener un discurso totalmente cínico.

Hablamos de Cuba. Venimos de La Habana, venimos felices de La Habana, estuvimos allá varios días; y allí se puede ver el nacimiento de una nueva era: la Cumbre del G-15, la Cumbre del Movimiento de los No Alineados, con una resolución histórica: documento final —no se asusten, no lo voy a leer todo—, pero aquí hay un conjunto de resoluciones tomadas en discusión abierta y con transparencia por más de 50 jefes de Estado. La Habana fue capital del Sur durante una semana. Hemos relanzado el Movimiento de los No Alineados; y si algo puedo pedir aquí a todos ustedes, compañeros y hermanos y hermanas, es que le pongamos mucha voluntad para fortalecer el Grupo de los No Alineados, importantísimo para el nacimiento de la nueva era, para evitar la hegemonía y el imperialismo.

Y además, ustedes saben que hemos designado a Fidel Castro presidente del Grupo de No Alineados para los próximos tres años, y estamos seguros de que el compañero presidente Fidel Castro va a llevar la batuta con mucha eficiencia. Para los que querían que Fidel se muriera, pues, frustrados quedaron, y frustrados quedarán; porque Fidel ya está uniformado de nuevo de verde oliva, y ahora no sólo es el Presidente de Cuba, sino el Presidente de los No Alineados.

Señora Presidenta, queridos colegas, presidentes, ahí nació un movimiento muy fuerte: el del Sur. Nosotros somos hombres y mujeres del Sur, nosotros somos portadores, con estos documentos, con estas ideas, con estas criticas, con estas reflexiones —ya cierro mi carpeta y el libro me lo llevo, no olviden que se los recomiendo mucho, con mucha humildad—; tratamos de aportar ideas para la salvación de este planeta, para salvarlo de la amenaza imperialista y para que, ojalá pronto, en este siglo, no muy tarde, ojalá podamos verlo nosotros y vivirlo mejor… nuestros hijos y nuestros nietos: un mundo de paz, bajo los principios fundamentales de la Organización de Naciones Unidas, pero relanzada, relanzada y reubicada. Creo que a Naciones Unidas tenemos que ubicarla en otro país, en alguna ciudad del Sur hemos propuesto desde Venezuela. Ustedes saben que mi médico personal se tuvo que quedar encerrado en el avión, el jefe de mi seguridad se tuvo que quedar encerrado en el avión: no les permitieron venir a Naciones Unidas. Otro abuso y atropello, señora Presidenta, que pedimos desde Venezuela quede registrado como atropello —hasta personal— del diablo.

Huele a azufre, pero Dios está con nosotros. Un buen abrazo, y que Dios nos bendiga a todos. Muy buenos días. [Aplausos].


Escuche el discurso del Presidente Hugo Chávez, en la 61ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. (25 minutos; Formato MP3; 3,45 Mb) Para descargarlo, haga click con el botón derecho del ratón y seleccione en el menú "Guardar enlace como..." o su equivalente.

Evo Morales asegura en la ONU que Bolivia seguirá cultivando la hoja de coca

Morales mostró ante la ONU una hoja de coca y explicó que la planta no hace daño al ser humano

Telesur 19 sept. - Durante su intervención ante la ONU el mandatario boliviano resaltó que su país no dejará de cultivar la hoja de coca y pidió el retiro de las tropas estadounidenses de Irak para que se respeten los derechos humanos.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, manifestó durante su intervención en la asamblea anual de las Naciones Unidas que no es injusto que la hoja de coca se pueda utilizar en Estados Unidos para la producción de gaseosas y en Bolivia no se pueda usar la hoja de coca para fines medicinales.

''No es posible que la hoja de coca sea legal para la coca cola y la hoja de coca sea ilegal para otros consumos en el país y en el mundo entero'', fustigó Morales.

Aclaró que existe una injusticia económica histórica de penalizar la hoja de coca, por lo que explicó que está comprobado científicamente que la planta ''no hace daño a la salud humana''.

''Quiero decir es la hoja de coca verde no es la blanca de la cocaína, esta hoja de coca que representa la cultura andina, una hoja de coca que representa al medio ambiente y la esperanza de los pueblos'', resaltó enérgicamente Morales mientras sacaba de su bolsillo una hoja de la planta.

Lamentó que ''por una mala costumbre'', se califique el cultivo de coca como ''un programa ilegal'', por esta razón hizo la salvedad de que pese a que seguirá la producción de la hoja, ''no habrá libre cultivo de coca''.

No va haber cero de coca (…) eso se terminó en mi gobierno'', enfatizó.

Comprometido con la lucha anti drogas

Evo Morales, destacó que su gobierno está comprometido seriamente con la lucha anti drogas, en ese sentido hizo mención al reciente informe de las Naciones Unidas que ''reconoce ese esfuerzo de Bolivia en la lucha contra las drogas''.

Sin embargo, rechazó profundamente el reciente informe publicado por el gobierno de Estados Unidos, ''que no aceptan los cultivos de coca y que nos ponen condiciones de modificar nuestras normas''.

Morales denunció que el informe de Washintong es ''un instrumento y un pretexto para que sometan a países de la región andina, así como inventaron guerras preventivas para intervenir algunos países en el Medio Oriente'', aseveró.

''Quiero decir con mucho respeto al gobierno de Estados Unidos, no vamos a cambiar nada no necesitamos chantajes ni amenazas, las llamadas certificación o desertificación de la lucha contra el narcotráfico simplemente es un intento de recolonización o colonización a los países andinos, eso no lo aceptamos, no lo permitimos''.

Añadió que ''necesitamos una alianza en la lucha contra el narcotráfico real y efectiva'', por lo que invitó a las Naciones Unidas e invitó al gobierno de los EE UU ''hacer un acuerdo, una alianza efectiva de lucha contra en narcotráfico'', pero sin chantajes, puntualizó.

Respeto a la propiedad privada

En su alocución, el jefe del gobierno boliviano, expresó que en Bolivia se vive un proceso de transformación ''democrático y pacífico'' e invitó a las Naciones Unidas a participar de ese proceso de refundar a su país.

Manifestó que ''es la hora de recuperar los recursos naturales del pueblo de Bolivia'' en relación la nacionalización de los hidrocarburos que se lleva a cabo en la nación suramericana, pero aclaró que su gobierno, cuando habla de recuperar los recursos naturales, no tiene la intensión de irrespetar la propiedad privada, pese a las acusaciones.

''Es verdad que necesitamos inversión, necesitamos socios, no patrones, no dueños de nuestros recursos naturales. Entendemos perfectamente que un país subdesarrollado necesita inversión y quiero decirles para la aclaración de todo el mundo, de algunas preocupaciones, de algunas falsas preocupaciones, (…) en mi gobierno se respetará la propiedad privada'', insistió.

Cuestionó la firma del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos, pues asegura que ''el llamado libre comercio afecta y elimina inclusive a los grandes productores a los agroindustriales''

''Imagínense el acuerdo firmado entre Colombia con EE UU ya quita mercado para los soyeros de los bolivianos, de los agroindustriales en Colombia'', afirmó.

Morales: ''es importante retirar las tropas de Irak''

Por su parte, Evo Morales instó a los países para que ''este milenio sea realmente para defender la vida y para salvar a la humanidad'', en referencia a la defensa de la naturaleza y al planeta de la contaminación.

''Sentimos muchísimo que las competencias hegemonistas estén destrozando el planeta tierra'', dijo.

El mandatario boliviano, también expresó que ''los pueblos indígenas, los pobres especialmente, somos de la cultura de la vida y no de la cultura de la guerra''.

En ese sentido, Morales instó ''acabar con las políticas intervencionistas'', por lo que pidió la retirada de las tropas estadounidenses de Irak.

''Quiero pedir con mucho respeto, es importante retirar las tropas de Irak si queremos respetar los derechos humanos, es importante retirar políticas económicas que permiten concentrar el capital en pocas manos'', fustigó.

President Hugo Chavez, Address to the United Nations - Rise Up Against the Empire

09/19/06

Representatives of the governments of the world, good morning to all of you. First of all, I would like to invite you, very respectfully, to those who have not read this book, to read it.

Noam Chomsky, one of the most prestigious American and world intellectuals, Noam Chomsky, and this is one of his most recent books, 'Hegemony or Survival: The Imperialist Strategy of the United States.'" [Holds up book, waves it in front of General Assembly.] "It's an excellent book to help us understand what has been happening in the world throughout the 20th century, and what's happening now, and the greatest threat looming over our planet.

The hegemonic pretensions of the American empire are placing at risk the very survival of the human species. We continue to warn you about this danger and we appeal to the people of the United States and the world to halt this threat, which is like a sword hanging over our heads. I had considered reading from this book, but, for the sake of time," [flips through the pages, which are numerous] "I will just leave it as a recommendation.

It reads easily, it is a very good book, I'm sure Madame [President] you are familiar with it. It appears in English, in Russian, in Arabic, in German. I think that the first people who should read this book are our brothers and sisters in the United States, because their threat is right in their own house.

The devil is right at home. The devil, the devil himself, is right in the house.

"And the devil came here yesterday. Yesterday the devil came here. Right here." [crosses himself] "And it smells of sulfur still today.

Yesterday, ladies and gentlemen, from this rostrum, the president of the United States, the gentleman to whom I refer as the devil, came here, talking as if he owned the world. Truly. As the owner of the world.

I think we could call a psychiatrist to analyze yesterday's statement made by the president of the United States. As the spokesman of imperialism, he came to share his nostrums, to try to preserve the current pattern of domination, exploitation and pillage of the peoples of the world.

An Alfred Hitchcock movie could use it as a scenario. I would even propose a title: "The Devil's Recipe."

As Chomsky says here, clearly and in depth, the American empire is doing all it can to consolidate its system of domination. And we cannot allow them to do that. We cannot allow world dictatorship to be consolidated.

The world parent's statement -- cynical, hypocritical, full of this imperial hypocrisy from the need they have to control everything.

They say they want to impose a democratic model. But that's their democratic model. It's the false democracy of elites, and, I would say, a very original democracy that's imposed by weapons and bombs and firing weapons.

What a strange democracy. Aristotle might not recognize it or others who are at the root of democracy.

What type of democracy do you impose with marines and bombs?

The president of the United States, yesterday, said to us, right here, in this room, and I'm quoting, "Anywhere you look, you hear extremists telling you can escape from poverty and recover your dignity through violence, terror and martyrdom."

Wherever he looks, he sees extremists. And you, my brother -- he looks at your color, and he says, oh, there's an extremist. Evo Morales, the worthy president of Bolivia, looks like an extremist to him.

The imperialists see extremists everywhere. It's not that we are extremists. It's that the world is waking up. It's waking up all over. And people are standing up.

I have the feeling, dear world dictator, that you are going to live the rest of your days as a nightmare because the rest of us are standing up, all those who are rising up against American imperialism, who are shouting for equality, for respect, for the sovereignty of nations.

Yes, you can call us extremists, but we are rising up against the empire, against the model of domination.

The president then -- and this he said himself, he said: "I have come to speak directly to the populations in the Middle East, to tell them that my country wants peace."

That's true. If we walk in the streets of the Bronx, if we walk around New York, Washington, San Diego, in any city, San Antonio, San Francisco, and we ask individuals, the citizens of the United States, what does this country want? Does it want peace? They'll say yes.

But the government doesn't want peace. The government of the United States doesn't want peace. It wants to exploit its system of exploitation, of pillage, of hegemony through war.

It wants peace. But what's happening in Iraq? What happened in Lebanon? In Palestine? What's happening? What's happened over the last 100 years in Latin America and in the world? And now threatening Venezuela -- new threats against Venezuela, against Iran?

He spoke to the people of Lebanon. Many of you, he said, have seen how your homes and communities were caught in the crossfire. How cynical can you get? What a capacity to lie shamefacedly. The bombs in Beirut with millimetric precision?

This is crossfire? He's thinking of a western, when people would shoot from the hip and somebody would be caught in the crossfire.

This is imperialist, fascist, assassin, genocidal, the empire and Israel firing on the people of Palestine and Lebanon. That is what happened. And now we hear, "We're suffering because we see homes destroyed.'

The president of the United States came to talk to the peoples -- to the peoples of the world. He came to say -- I brought some documents with me, because this morning I was reading some statements, and I see that he talked to the people of Afghanistan, the people of Lebanon, the people of Iran. And he addressed all these peoples directly.

And you can wonder, just as the president of the United States addresses those peoples of the world, what would those peoples of the world tell him if they were given the floor? What would they have to say?

And I think I have some inkling of what the peoples of the south, the oppressed people think. They would say, "Yankee imperialist, go home." I think that is what those people would say if they were given the microphone and if they could speak with one voice to the American imperialists.

And that is why, Madam President, my colleagues, my friends, last year we came here to this same hall as we have been doing for the past eight years, and we said something that has now been confirmed -- fully, fully confirmed.

I don't think anybody in this room could defend the system. Let's accept -- let's be honest. The U.N. system, born after the Second World War, collapsed. It's worthless.

Oh, yes, it's good to bring us together once a year, see each other, make statements and prepare all kinds of long documents, and listen to good speeches, like Abel's yesterday, or President Mullah's . Yes, it's good for that.

And there are a lot of speeches, and we've heard lots from the president of Sri Lanka, for instance, and the president of Chile.

But we, the assembly, have been turned into a merely deliberative organ. We have no power, no power to make any impact on the terrible situation in the world. And that is why Venezuela once again proposes, here, today, 20 September, that we re-establish the United Nations.

Last year, Madam, we made four modest proposals that we felt to be crucially important. We have to assume the responsibility our heads of state, our ambassadors, our representatives, and we have to discuss it.

The first is expansion, and Mullah talked about this yesterday right here. The Security Council, both as it has permanent and non-permanent categories, (inaudible) developing countries and LDCs must be given access as new permanent members. That's step one.

Second, effective methods to address and resolve world conflicts, transparent decisions.

Point three, the immediate suppression -- and that is something everyone's calling for -- of the anti-democratic mechanism known as the veto, the veto on decisions of the Security Council.

Let me give you a recent example. The immoral veto of the United States allowed the Israelis, with impunity, to destroy Lebanon. Right in front of all of us as we stood there watching, a resolution in the council was prevented.

Fourthly, we have to strengthen, as we've always said, the role and the powers of the secretary general of the United Nations.

Yesterday, the secretary general practically gave us his speech of farewell. And he recognized that over the last 10 years, things have just gotten more complicated; hunger, poverty, violence, human rights violations have just worsened. That is the tremendous consequence of the collapse of the United Nations system and American hegemonistic pretensions.

Madam, Venezuela a few years ago decided to wage this battle within the United Nations by recognizing the United Nations, as members of it that we are, and lending it our voice, our thinking.

Our voice is an independent voice to represent the dignity and the search for peace and the reformulation of the international system; to denounce persecution and aggression of hegemonistic forces on the planet.

This is how Venezuela has presented itself. Bolivar's home has sought a nonpermanent seat on the Security Council.

Let's see. Well, there's been an open attack by the U.S. government, an immoral attack, to try and prevent Venezuela from being freely elected to a post in the Security Council.

The imperium is afraid of truth, is afraid of independent voices. It calls us extremists, but they are the extremists.

And I would like to thank all the countries that have kindly announced their support for Venezuela, even though the ballot is a secret one and there's no need to announce things.

But since the imperium has attacked, openly, they strengthened the convictions of many countries. And their support strengthens us.

Mercosur, as a bloc, has expressed its support, our brothers in Mercosur. Venezuela, with Brazil, Argentina, Paraguay, Uruguay, is a full member of Mercosur.

And many other Latin American countries, CARICOM, Bolivia have expressed their support for Venezuela. The Arab League, the full Arab League has voiced its support. And I am immensely grateful to the Arab world, to our Arab brothers, our Caribbean brothers, the African Union. Almost all of Africa has expressed its support for Venezuela and countries such as Russia or China and many others.

I thank you all warmly on behalf of Venezuela, on behalf of our people, and on behalf of the truth, because Venezuela, with a seat on the Security Council, will be expressing not only Venezuela's thoughts, but it will also be the voice of all the peoples of the world, and we will defend dignity and truth.

Over and above all of this, Madam President, I think there are reasons to be optimistic. A poet would have said "helplessly optimistic," because over and above the wars and the bombs and the aggressive and the preventive war and the destruction of entire peoples, one can see that a new era is dawning.

As Sylvia Rodriguez says, the era is giving birth to a heart. There are alternative ways of thinking. There are young people who think differently. And this has already been seen within the space of a mere decade. It was shown that the end of history was a totally false assumption, and the same was shown about Pax Americana and the establishment of the capitalist neo-liberal world. It has been shown, this system, to generate mere poverty. Who believes in it now?

What we now have to do is define the future of the world. Dawn is breaking out all over. You can see it in Africa and Europe and Latin America and Oceanea. I want to emphasize that optimistic vision.

We have to strengthen ourselves, our will to do battle, our awareness. We have to build a new and better world.

Venezuela joins that struggle, and that's why we are threatened. The U.S. has already planned, financed and set in motion a coup in Venezuela, and it continues to support coup attempts in Venezuela and elsewhere.

President Michelle Bachelet reminded us just a moment ago of the horrendous assassination of the former foreign minister, Orlando Letelier.

And I would just add one thing: Those who perpetrated this crime are free. And that other event where an American citizen also died were American themselves. They were CIA killers, terrorists.

And we must recall in this room that in just a few days there will be another anniversary. Thirty years will have passed from this other horrendous terrorist attack on the Cuban plane, where 73 innocents died, a Cubana de Aviacion airliner.

And where is the biggest terrorist of this continent who took the responsibility for blowing up the plane? He spent a few years in jail in Venezuela. Thanks to CIA and then government officials, he was allowed to escape, and he lives here in this country, protected by the government.

And he was convicted. He has confessed to his crime. But the U.S. government has double standards. It protects terrorism when it wants to.

And this is to say that Venezuela is fully committed to combating terrorism and violence. And we are one of the people who are fighting for peace.

Luis Posada Carriles is the name of that terrorist who is protected here. And other tremendously corrupt people who escaped from Venezuela are also living here under protection: a group that bombed various embassies, that assassinated people during the coup. They kidnapped me and they were going to kill me, but I think God reached down and our people came out into the streets and the army was too, and so I'm here today.

But these people who led that coup are here today in this country protected by the American government. And I accuse the American government of protecting terrorists and of having a completely cynical discourse.

We mentioned Cuba. Yes, we were just there a few days ago. We just came from there happily.

And there you see another era born. The Summit of the 15, the Summit of the Nonaligned, adopted a historic resolution. This is the outcome document. Don't worry, I'm not going to read it.

But you have a whole set of resolutions here that were adopted after open debate in a transparent matter -- more than 50 heads of state. Havana was the capital of the south for a few weeks, and we have now launched, once again, the group of the nonaligned with new momentum.

And if there is anything I could ask all of you here, my companions, my brothers and sisters, it is to please lend your good will to lend momentum to the Nonaligned Movement for the birth of the new era, to prevent hegemony and prevent further advances of imperialism.

And as you know, Fidel Castro is the president of the nonaligned for the next three years, and we can trust him to lead the charge very efficiently.

Unfortunately they thought, "Oh, Fidel was going to die." But they're going to be disappointed because he didn't. And he's not only alive, he's back in his green fatigues, and he's now presiding the nonaligned.

So, my dear colleagues, Madam President, a new, strong movement has been born, a movement of the south. We are men and women of the south.

With this document, with these ideas, with these criticisms, I'm now closing my file. I'm taking the book with me. And, don't forget, I'm recommending it very warmly and very humbly to all of you.

We want ideas to save our planet, to save the planet from the imperialist threat. And hopefully in this very century, in not too long a time, we will see this, we will see this new era, and for our children and our grandchildren a world of peace based on the fundamental principles of the United Nations, but a renewed United Nations.

And maybe we have to change location. Maybe we have to put the United Nations somewhere else; maybe a city of the south. We've proposed Venezuela.

You know that my personal doctor had to stay in the plane. The chief of security had to be left in a locked plane. Neither of these gentlemen was allowed to arrive and attend the U.N. meeting. This is another abuse and another abuse of power on the part of the Devil. It smells of sulfur here, but God is with us and I embrace you all.

May God bless us all. Good day to you.