¿Quién hizo fracasar el golpe militar contra Hugo Chávez?
Heinz Dieterich
Rebelión
1. La historia secuestrada
En la 42 Brigada de Infantería Paracaidista, Maracay, Venezuela, del 10 al 12 de abril del 2006, comenzó a rescatarse la verdadera historia de la resistencia cívica-militar, que en el año 2002 derrotó el golpe militar contra Hugo Chávez.
En el acto central, el 12 de abril a las 06:30 hrs, participaron: el Secretario del Consejo de Defensa de la Nación, General Alí Uzcátegui, Comandante de la unidad de asalto que rescató al Presidente en la Isla Orchila el 13 de abril, 2002; el Comandante General del Ejército, General Raúl Isaías Baduel, centro de gravedad político-militar nacional de la resistencia que venció a los alzados; el General Jesús del Valle Morao, actual Comandante de la 42 Brigada de Infantería Paracaidista y en el 2002 Comandante del Regimiento de Guardias de Honor Presidenciales que retomó el Palacio de Miraflores; Ernesto Villegas, conductor del importante programa de Venezolana de Televisión (VTV), “En confianza”, y el que suscribe. Posteriormente se integraron líderes civiles de la resistencia y el Presidente de VTV, Romero Anselmi.
Cuatro largos años tuvieron que pasar hasta que el velo de la historia oficial se levantara y la justicia histórica empezara a abrirse paso. Demasiados errores se habían cometido en la víspera del golpe, demasiados “bolivarianos” se habían plegado a los golpistas y demasiados puestos de poder del futuro gobierno post-2002 estaban en juego, como para permitir que la verdadera historia saliera a la luz del día. Falsos héroes fueron premiados y verdaderos héroes denigrados u olvidados; documentos fílmicos entregados a empleados de VTV el 14.4. 2002 por el Maracayano Edwards Castillo, simplemente desaparecieron. En fin, se había tejido una historia oficial del acontecimiento histórico, que como toda historia oficial, acomodó la verdad de los hechos a los intereses dominantes.
Hoy, el sol de la verdad se viene asomando y aunque siga habiendo gente que pretenda “taparlo con el dedo”, no tendrá éxito. El “Comité cívico 12 de Abril, el Ejemplo que Maracay dio”, que organizó este “IV Aniversario de la Operación Rescate de la Dignidad Nacional”, hizo un enorme favor a la Patria al organizar este gran evento, con el cual se acerca el día en que se podrá revelar toda la verdad sobre este proceso y la actuación de los diferentes factores en el. (2)
2. El papel del pueblo
Una de las interpretaciones más divulgadas sobre el fracaso del golpe militar es que “el pueblo derrotó a los golpistas”, dentro de la lógica de que “el pueblo unido, jamás será vencido”. Formulado de esta manera, se trata de una simplificación populista. Ningún pueblo desarmado y desorganizado derrota a un ejército profesional, sino que es masacrado como sucedió durante el Caracazo, el Bogotazo y el golpe de Pinochet.
La importancia de la movilización espontánea popular radica en que fue una condición necesaria, si bien no suficiente, para repeler a la derecha. Los militares nunca realizan un golpe de Estado en un vacío político; necesitan el apoyo de algún sector social importante para actuar. Y lo mismo vale para su resistencia a un coup d´etat.
Por eso, la intervención del pueblo fue de gran importancia psicológica porque mostró a los militares antigolpistas que habría apoyo civil en caso de resistencia militar. Ahí radica el significado de la movilización popular: fue, en términos militares, la pequeña detonación convencional que permitió la detonación nuclear, es decir, el ultimátum de los militares de Maracay a los golpistas, conocido como el “Manifiesto de la Operación Restitución de la Dignidad Nacional”.
3. El papel de Hugo Chávez e Isaías Rodríguez
Un segundo factor importante en el dramático ajedrez de vida o muerte de estos días, fue la valiente actuación del Presidente Chávez. Arriesgó su vida al negarse a firmar su renuncia, preparada por militares, empresarios y purpurados. Con esa conducta destruyó la pretensión de los alzados de que se trataba de una destitución legal o de un “vacío de poder”, apología que necesitaban los mercenarios para justificar su coup d´etat. No menos valiente y decisivo en ese contexto fue la conducta del fiscal general de la nación, Isaías Rodríguez, quien denunció el 12 de abril ante las cameras del mundo que el secuestro del Presidente constituía un “golpe de Estado”.
Al divulgarse la información de la no-demisión del Presidente, inicialmente por Cuba y después por los medios occidentales (CNN); y la denuncia de Rodríguez de que el gobierno de Carmona era anticonstitucional, la posibilidad de Washington de utilizar a la OEA en la legalización del régimen de facto de Carmona, se desvaneció. El rechazo del Grupo de Río a los usurpadores del poder, dejó a sus padrinos internacionales, Bush y Aznar, junto con sus cómplices –--los gobiernos de Colombia, El Salvador y sectores de la Democracia Cristiana mundial--- sin opción para apuntalar la camarilla de Ortega y Carmona.
4. El rol de la derecha
Una tercera razón importante del fracaso de la conspiración, generalmente soslayada en análisis críticos, fue el impacto del factor sorpresa sobre la conducción subversiva. Pese a que la mecánica general del golpe fue descrita semanas antes en el diario El Nacional (García Mora), y que la voluntad sediciosa de sus autores materiales e intelectuales se manifestaba incesantemente en las televisoras privadas de la subversión ---como, por ejemplo, en el programa “24 horas” de Napoleón Bravo, del 8 de abril, 2002, en el cual el oligarca intelectual y fundador de la Universidad Simón Bolívar, Ernesto Mayz Vallenilla vociferaba coram publico, que el gobierno de Hugo Chávez estaba “destruyendo los fundamentos del Estado venezolano”--- la derecha no estaba preparada ni operativamente ni mentalmente para asumir el poder el 12 de abril. Su objetivo ese día era derramar sangre; jamás previó que el gobierno pudiera caer como un castillo de naipes, tal como efectivamente sucedió.
Cuando inesperadamente sucumbió el Palacio de Miraflores, los conspiradores no supieron aprovechar su golpe de suerte. Ante la imprevista situación, la fracción hegemónica, representada por Carmona, cometió tres errores fundamentales. Embriagada por la ilusión del poder absoluto mostró de inmediato el verdadero rostro del golpe: a) disolviendo a las instituciones democráticas; b) desatando el terror blanco y, c) marginando al sindicalismo corrupto de la CTV (Ortega).
El efecto de esos errores fue que la camarilla golpista se dividiera, que sectores democráticos de la sociedad venezolana y de las Fuerzas Armadas se volvieran contra el golpe y que la opinión pública mundial se inclinara hacia el desconocimiento del gobierno de facto.
5. El rol decisivo del General Baduel
Fue dentro de este escenario que la decisión del General Baduel de no reconocer “a este señor Carmona”, inclinó el fiel de la balanza contra los subversivos. La resistencia democrática requería de un elemento clave para triunfar sobre las fuerzas de la oscuridad: un centro de gravedad político-cívico-militar, que fuese capaz de atraer a todos les sectores antigolpistas. Hasta el 12 de abril, este centro gravitatis había sido Hugo Chávez. Con su secuestro, el centro de cohesión y decisión de las fuerzas bolivarianas desapareció. Fue el General Baduel quien restituyó esa función vital y salvó a la Revolución.
La evidencia empírica de tal hecho es absolutamente abrumadora. La nota de no-renuncia, que el Presidente escribió clandestinamente en Turiamo el 13 de abril, a las 14:45 hrs, fue llevada por militares y civiles leales directamente a la Brigada de Paracaidistas y entregada al Comandante Baduel. En lo que fue posiblemente el último contacto telefónico que el Presidente pudo realizar desde el Palacio de Miraflores, antes de ser secuestrado hacia el Fuerte Tiuna, en la noche del 11 al 12, Hugo Chávez llamó al Comandante de la 42 Brigada de Infantería Paracaidista, General Raúl Baduel, para buscar apoyo y este le aseguró de su lealtad: “Nosotros aquí estamos en pie de lucha…, ten fortaleza. ¡Que Dios te dé fortaleza!”
Desde la misma isla revolucionaria, el Presidente Fidel Castro contactó varias veces al General Baduel para informarse de la situación de la resistencia. Cuando el entonces Coronel Jesús del Valle Morao, Comandante del Regimiento de la Guardia de Honor del Presidente, buscó apoyo militar y orientación para actuar, también llamó a Maracay. Cuando Baduel le dijo que los paracaidistas no reconocerían a los golpistas y que había que retomar el Palacio de Miraflores, el Coronel decidió actuar. “Al menos contábamos con otra unidad militar, los paracaidistas”, recuerda en una conversación reciente, “y con esto nuestra situación de aislamiento militar terminó.”
Cuando capitanes leales al Presidente llamaron a Baduel y se quejaron de la falta de decisión de sus superiores para recuperar el Palacio, Baduel les dijo que debían retomarlo y que si no lo harían, él iría con los paracaidistas a Caracas para hacerlo. Otros militares llamaron o acudieron a Maracay, donde el “Manifiesto de la Operación Rescate de la Dignidad Nacional”, que había sido redactado por Baduel, fue el parteaguas. Quién estaba de acuerdo, participaba con la resistencia, quién no, se retiraba.
Al igual que miles de ciudadanos de toda la región, cientos de reservistas de la Brigada de Paracaidistas acudieron de todo el país para combatir contra los golpistas, y ni las amenazas de ataques aéreos con F-16, contra los cuales no había armas de defensa, ni la amenaza de un ataque con tanques lograron debilitar la voluntad de combate de Maracay.
Finalmente, el grupo de análisis cívico-militar, que el General había formado en Maracay, ya había llegado el viernes, 5 de abril del 2002, a la conclusión de que el golpe estaba en marcha y había tomado todas las precauciones, para no dejarse sorprender. Esto explica porque todos los intentos de los golpistas, de neutralizar a Baduel antes del 11 de abril, pudieron ser desactivados a tiempo por la vanguardia de Maracay.
6. Tres lecciones para el futuro
La primera lección de abril 2002 consiste en que hay que hacer los nombramientos a posiciones de poder con rigor y sobre criterios de eficiencia y lealtad, y no de amistades personales o el reparto faccioso del Estado.
La idea de que no haya cuadros suficientes para llenar estos puestos, es falsa. Venezuela tiene una mina de oro de cuadros políticos que fue descubierta durante el golpe militar, el petrolero y la “guarimba”. Esas mujeres y hombres auténticos de la resistencia, son fáciles de detectar, siempre que se dejen los anteojos de la historia oficial atrás y se mire la verdad de los hechos.
La lección principal de los acontecimientos subversivos del 2002/3 para el año en curso, finalmente, es la siguiente: mantener vigente a la estructura militar que derrotó al golpe militar oligárquico-imperial, al menos, hasta enero del 2007. El mes de julio es tradicionalmente el mes de reestructuración de los mandos militares en Venezuela y el Presidente podría sentirse presionado o tentado a cambiar a altos oficiales como Maniglia, Baduel o Millán, entre otros. Sería un grave error ceder a esas presiones porque la permanencia de esos oficiales en la jerarquía castrense le garantiza al Presidente la estabilidad en el frente del orden público, lo que le permitiría concentrarse en los demás frentes de batalla contra la nueva ofensiva de la sedición. Ganadas las elecciones presidenciales podría entonces, a partir de enero del 2007, tomar con tranquilidad las decisiones adecuadas sobre la conformación de la nueva jerarquía militar. Las facultades constitucionales se lo permiten y la sabiduría militar y política así lo aconsejan. No cabe duda que una vez más, la sapiencia política del Presidente acertará en la estrategia correcta para defender y avanzar el proceso de la Revolución.
Notas:
(1) El presente artículo es una versión ampliada del discurso pronunciado en la 42 Brigada de Infantería Paracaidista, 12 de abril, 2006.
(2) Un importante aporte lo hace Oscar PerdomoMarín, con su nuevo libro, 12 de Abril de 2002. El ejemplo que Maracay dio. edicionespirruelo@gmail.com, abril 2006.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=30048